Con casi dos meses de demora, el gobierno nacional designó formalmente a Ricardo “Ricky” Negri como nuevo presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
El decreto 38/2018, firmado por el presidente Mauricio Macri y publicado hoy en el Boletín Oficial, establece que la designación de Negri rige administrativamente a partir del 1 de diciembre pasado, y que el funcionario tendrá “rango y jerarquía de secretario de Estado”. Esta exigencia habría sido uno de los motivos de tanta demora para producir el recambio, según confiaron algunas fuentes.
Luis Miguel Etchevehere fue anunciado como nuevo ministro de Agroindustria el 31 de octubre de 2017, hace más de dos meses. Y a los pocos días se supo que Negri, que hasta ese mometno se había desempeñado como secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca durante la gestión de Ricardo Buryaile, sería enviado por Macri al Senasa, un organismo al que el gobierno le quiere dar una vuelta de tuerca, pues lo considera sobredimensionado y lleno de burocracia y focos de corrupción. Según recuerda bien la agencia Télam, el servicio sanitario que tiene responsabilidad de control sobre las materias primas alimentarias que se consumen en el país, y se exportan por más de US$ 35.000 millones anuales.
En los casi dos meses que transcurrieron hasta su designación formal en el nuevo puesto, Negri no tuvo posibilidad de firmar las resoluciones del Senasa, que quedaron a cargo del vicepresidente de ese organismo, Guillermo Rossi.
De todos modos, estuvo al frente de las principales decisiones tomadas estas semanas, como la derogación de una serie de leyes y decretos que habían quedado vetustos por el paso del tiempo, y la no renovación de contratos a unos 120 agentes del organismo. También en los pedidos de renuncia que impulsa la conducción de Senasa contra los jefes de algunas de las regionales en que se divide ese organismo.
A pesar de las designaciones nuevas, el Organismo no ha hecho más que debilitarse, activándose un vaciamiento teñido de “limpieza” y “desburocratización” que sólo esconde el achicamiento de personal profesional de trayectoria. A la par, se genera el ingreso de militantes rentados con escasa o nula experiencia y credenciales académicas. Lo que hoy se vende a los productores como “modernización” será lo que mañana deba recordarse como gravísimo cuando comiencen a perderse mercados externos por negligencias y omisiones.
Como muestra, un botòn…parece mentira, pero este es el perfil con el que se quiere sacar adelante al SENASA:
https://es.scribd.com/document/369302961/Wilfredo-Baroni-Gomez