En el norte de Santa Fe llovió mucho y se volvió a inundar todo. En solo cuarenta días, cayeron entre 850 y 900 milímetros. Pero a los políticos, según evalúa Ricardo Mercau, parece importarles poco encontrar una solución de fondo. El noreste santafesino, dijo el productor, equivale a 80 ciudades de Buenos Aires pero todos sus habitantes no alcanzarían para llenar medio estadio de River Plate. No suman votos.
“Pasan las inundaciones y la gente se va. Y el que se va, no está mal que se vaya a vivir a otro lado. Tampoco tienen cinco vidas para esperar que les llegue una solución. Así la capacidad potencial de las zonas alejadas de los puertos se ve disminuida, porque luego no tenés recursos humanos cuando querés hacer algo”, se lamentó el productor, que tiene más de la mitad de su campo cubierto por el agua.
Desde el principio, “Ricky” Mercau estuvo protestando por la falta de respuesta de los políticos ante la crisis hídrica. El viernes pasado se consoló un poco, cuando el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, y la ministra santafesina Alicia Ciciliani, desembarcaron juntos en la zona y mantuvieron una reunión con los productores afectados en Villa Minetti.
“Tengo 20 años produciendo en la zona y la verdad es que es la primera vez que se ve velocidad de reacción, al ver sentados a Provincia y Nación en una misma mesa para saber cómo hacer un correcto manejo de aguas”, se ilusionó Ricky, que es hijo de Jorge Mercau, el titular de la Sociedad Rural de Tostado. Aclaró que ese gesto “claramente no” alcanza para resolver una crisis que lleva décadas.
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Una de las razones por las que ocurre este problema de manera recurrente, según Mercau, es que “hay miopía política en tratar esto de modo provincial y no regional. Hay una realidad y es que todo lo que es paso de agua es manejado por las provincias; Nación no se puede meter más que acompañando a las provincias. Por eso no nos queda más que apretar a los gobernadores a que laburen como deben”, comentó.
En ese sentido, Mercau convocó a los productroes a no bajar la guardia y exigir las soluciones a estas crisis, que cada vez dejan más gente en el camino, sin chance de levantar cabeza y volver a producir. “Lo que pasa es que antes el anticíclico se lo hacía el productor. Hoy, al llevarse la renta el Estado, ya no tienen la reserva para salir al cruce”, razonó.
“El Estado se lleva 4.500 millones de dólares de la soja, lo que equivale a 200.000 millones de pesos, mientras nosotros mendigamos 500 millones del Fondo de Emergencia”, comparó Mercau.
Según el productor, los que más rápido se caen del mapa son los productores de ganado y leche, porque requieren de plazos y de inversiones más grandes que las de un productor de granos.
“Todo proceso productivo requiere una visión de mediano y largo plazo que nunca se condice con los tiempos de las elecciones. Y así vemos caer a las actividades de más largo plazo, como la ganadería y la lechería. Y la actividad que flota, que es la agricultura, se mantiene porque es la que más se adapta a la falta de un marco. No es que no cae porque le ganó a las demás, sino porque todas las demás actividades perdieron antes”, razonó Ricky, implacable.
“Con estas reglas de juego, las áreas peri portuarias, donde los costos son mayores, la productividad es menor y la variabilidad climática tan alta, ven su capacidad de producción muy complicada. Son grandes problemas que requieren grandes soluciones. Hay que acompañar y seguir apretando para que las cosas se resuelvan”, señaló el productor inundado.