“Es más fácil comer mal que bien”, aseguró a Bichos de Campo Ricardo Rapallo, Oficial Principal de Políticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina. No hay, añadió, una única explicación sobre por qué sucede esto “Hay una suma de cuestiones”, aclaró el experto.
Sin embargo, Rapallo reconoció que el acceso económico explica buena parte del problema en la región. “Según un estudio de la FAO, la estimación a nivel mundial es que el costo de una dieta saludable es cinco veces más cara que una dieta mínima de energías. Y por lo tanto el costo es un factor determinante para muchos”, dijo. En promedio, los precios de una canasta saludable son 60% más caros que los que pagan actualmente la población.
“Los problemas de malnutrición son más acuciantes que en otras regiones del mundo, lo que de algún modo puede explicarse, por los niveles de desigualdad que siguen presentes en muchos países”, agregó el oficial de la FAO. esta organización internacional, que dependen de las Naciones Unidas, nació en tiempos de hambruna, luego de la Segunda Guerra Mundial. Hoy el hambre es solo uno de los problemas de la humanidad, porque otra buena parte de ella padece de malnutrición y hasta de obesidad.
Mirá la entrevista completa a Ricardo Rapallo:
¿Qué cantidad de personas tiene un acceso complicado a alimentos nutritivos y sanos? Rapallo manifestó que en América Latina y el Caribe “se estima que 140 millones de personas sufren inseguridad alimentaria moderada o grave”.
“Son personas que si bien no sufren el hambre dura, tienen incertidumbres acerca de cómo comer bien todos los días de la semana. Estas son cifras pre Covid-19. Si miramos las previsiones de pobreza de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), hablan de 200 millones de personas que caerán por debajo de la linea de pobreza” luego de la pandemia, aclaró.
La paradoja se hace evidente si tomamos en cuenta que América Latina tiene una capacidad de producción de alimentos muy vasta. “Producimos para alimentar de modo adecuado a muchos mas latinoamericanos y caribeños que los que habitamos hoy día. Es cierto que muchos de esos alimentos se exportan, posiblemente porque encuentran mejor precio afuera o porque no hay tanto consumo interno. Contribuimos, a su vez, a la seguridad alimentaria mundial aunque haya matices entre países”, detalló el especialista.
Entonces, desde la oferta no hay problemas de acuerdo a Rapallo, pero sí los hay desde el acceso económico y también debido a un tema cultural y de acceso físico a tiendas de cercanía.
“Muchas familias prefieren comer mal teniendo ingresos suficientes. Eligen comer muchos procesados ricos en azúcares y grasas. Hay también una cuestión de acceso físico, ya que se identificó que hay ciudades y entornos donde directamente no hay tiendas de cercanía que vendan frutas, verduras y legumbres que permitan diversificar la dieta”, describió.
El funcionario de la FAO reconoció que, “a pesar de ser América Latina y el Caribe, una región que consiguió reducir la desnutrición y el retraso del crecimiento de un modo exitoso comparado contra otras partes del mundo, lideramos en el mundo en crecimiento de obesidad y sobrepeso y todavía las políticas son muy incipientes y no muestran los impactos que esperamos”.