Por Matías Longoni (@matiaslongoni).-
El próximo viernes 18 de mayo el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, y el titular del Senasa, Ricky Negri, tienen previsto estar en China para firmar con las autoridades de dicho país el nuevo protocolo sanitario que permitirá exportar hacia allá carne vacuna en todas sus variantes: enfriada, con hueso, congelada, desosada y con moñito.
Está claro de antemano que desde el Gobierno presentarán el hecho como un extraordinario hito dentro de la política oficial por habilitar nuevos mercados. Y sí, será un hito. China es actualmente el principal destino para la carne vacuna argentina (con 1 de cada 2 kilos exportados) y ese mercado podría crecer bastante más con los nuevos protocolos, que extienden un negocio hoy limitado a los cortes congelados sin hueso de escaso valor, a cortes enfriados y a la carne con hueso, que parece es la más demandada por los chinos.
Pero hay un pequeño detalle: casi nadie en la industria frigorífica local está de acuerdo con que la Argentina firme ese protocolo tal y como está redactado.
La inmensa mayoría de los empresarios del sector no hace pública su posición por temor a empañar la buena sintonía que reina entre la cadena de ganados y carnes y el Gobierno de Cambiemos. Pero lo piensan y lo deslizan a cuanto periodista se cruzan. ¡No vaya a ser que el presidente Mauricio Macri deje de asistir a las reuniones de la Mesa de las Carnes!
Como ya es su costumbre (en la época de Moreno y Echegaray fue casi la única voz disonante en la industria de la carne) , el “Tano” Miguel Schiariti, desde su Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA), puso en palabras en las últimas horas el malestar que existe en prácticamente toda la industria respecto de este ansiado protocolo con China.
Los motivos de la molestia entre empresarios no son otros que los que Bichos de Campo anticipó hace un buen rato. Básicamente que el Senasa prometió a China hacer cumplir aquí una serie de condiciones sanitarias que encarecerán demasiado los procesos para exportar a China o dejarán afuera del negocio a una parte de los ganaderos, en especial los más pequeños. Esto es así porque si se firma ese acuerdo, la hacienda deberá provenir de campos debidamente registrados y no podrá ser adquirida en remates o ferias, que es donde venden quienes tienen pocas vacas.
Ver: ¿Muchachos, qué acordaron? Exportar carne a China sería más complicado que hablar mandarín
Esto es lo que declaró Schiariti sobre el asunto del protocolo:
“No me ha terminado de quedar claro por qué vamos a firmar un protocolo que no se da a publicidad a la industria. Según la información que tengo, existen serios problemas respecto de la comercialización de vacas. Si un producto envía vacas y alguna tiene tuberculosis, le pueden cerrar el campo por un año. Además hay dificultades para mantener la trazabilidad de la vaca”, enumeró el presidente de CICCRA.
Según Schiariti, “estamos aceptando que China tenga exigencias mucho mayores que la que tiene la OIE (Organización Mundial de Epizootias) y realmente no se entiende muy bien cuál es le motivo por el cual se insiste tanto en firmar este protocolo. Si es solo para decir ‘yo firmé un protocolo con China y abrí carne con hueso’ sin medir las consecuencias”.
La firma del protocolo fue no solo confirmada por Negri en la última reunión de la Mesa de las Carnes, a la que hizo referencia Schiariti, sino también por el propio ministro Etchevehere, en declaraciones al diario La Nación antes de emprender una larguísima gira de tono comercial que lo llevará primero a los Estados Unidos, más adelante a Japón y finalmente a China.
En el gigante de Asia, el ministro participará de la feria de la alimentación Sial de Shanghai, que contará con una participación récord de frigoríficos argentinos. Quizás entonces ya sea demasiado tarde para que los empresarios de la carne expongan sus reparos hacia el protocolo, como hacen ahora en voz baja.
Por si acaso, Etchevehere dejó la puerta entreabierta para ciertas correcciones: “Lo firmaremos en la medida que esté completo”, expresó antes de partir sobre el bendito protocolo.