Renato Lombardi tiene estudios en Medicina, Industria Alimentaria e Ingeniería Química. “Pasé por varias partes académicas. Busqué una formación que me dejó estar en donde estoy hoy”, dice. Hoy Renato es el director de desarrollos de productos de Agroandina e “inventa” muchos de las novedosas recetas que esa empresa estatal riojana coloca en el mercado, ya sea con marcas propias o para otras empresas reconocidas.
La empresa nació en los años ’70 como cooperativa, pasó por varios estadíos hasta que Alco la perfiló productivamente basada en el procesamiento del tomate, un cultivo que se da bien en esos valles linderos a Chilecito, donde tiene su sede principal. En el período 2009/2014, a instancias de los vecinos que veían peligrar esa fuente de trabajo, la tomó el Estado riojano e hizo una fuerte inversión tecnológica que derivó en Agroandina (Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria – SAPEM).
Agroandina es una ‘conservera’ cuyo metié es hacer conservas basadas en vegetales, aprovechando la materia prima proveniente de fincas cercanas (privadas y propias) que terminan siendo productos elaborados que llegan al mercado nacional.
“Gracias a la tecnología que en su momento incorporó el Estado, hoy podemos elaborar una amplia gama de productos. La planta tiene una versatilidad poco común”, apunta Lombardi, autor de varias recetas que además de vegetales también han incorporado carnes. En esa búsqueda incluso incursionan en la producción de alimento para mascotas.
Si bien la matriz es producir a partir de tomates, trabajan todas las legumbres, y zapallos y zanahorias. “Hay varios productos más en carpeta” avanza el gerente de producto, señalando que “la idea es empezar a aumentar la cantidad de vegetales para que se mantenga la línea más tiempo funcionando y la planta tenga más productividad, que significa más trabajo para la zona”. Aunque la cosecha se extiende por varios meses, el tomate industria se procesa solo en cierta parte del año.
Los tomates o comidas preparadas (hay incluso un tradicional “locro” listo para servir, entre otros platos tradicionales de la región) se envasan usando cartón y tetrabrik para los más pequeños, dejando la lata para envases de ocho kilos y los tambores de doscientos kilos.
Mirá la entrevista con Renato Lombardi:
De origen cordobés pero enamorado de Chilecito, Lombardi explica que los envases de tetrabrik y tetra recart “permiten poner en envases de cartón productos con alto contenido sólido, formulado, sin ningún tipo de conservante, pues el envase es el que conserva con su integridad. Se hacen procesos térmicos en hornos autoclaves que elimina la microbiología que pueda llegar a alterar o deteriorar el producto”.
Son productos con una larga vida útil, con posibilidad de stockearlo en las alacenas, sin necesidad de frío, hasta el momento del uso que se le dé. Entre los productos se incluye: locro, guiso de lentejas, sopa, carbonada, “platos típicos con el perfil del consumidor nacional”, dice, poniendo como ejemplo que proveen de alimentos a las brigadas de lucha contra el fuego. Además, producen ensaladas de legumbres y tienen capacidad para formular otros alimentos, como postres, salsas o aderezos.
-¿Cómo director de desarrollo participas en el desarrollo y en la idea de los productos?
-También soy cocinero, así que también estoy en esa etapa -dice Lombardi. Empiezo a diseñar procesos y productos basados en las posibilidades que da la tecnología que tenemos. Hay limitaciones bastante laxas, amplias, y así podemos incorporar diferentes tipos de productos y hacer platos -típicos o no del consumidor nacional-, también para exportar. Lo mismo en pet food, tenemos amplia variedad de formulaciones que dependen de los requerimientos de los clientes.
-¿Cuál fue tu principal éxito y tu principal fracaso?
-Sin dudas es el locro. Es difícil hacer un locro por la cantidad de ingredientes. Y obviamente no contiene ni huesos, ni cueritos, pero sí pulpa de carne de cerdo y de vaca, más el maíz blanco, los porotos y la pulpa de zapallo.
Como fracaso señaló la escasa cultura de consumir comidas elaboradas que existe en el país. “Pero de a poco se va incorporando. Hay países de la región que tienen ya esa cultura de consumo”, sostiene renato, poniendo como ejemplo cercano a Chile, y más lejanos a Europa y Estados Unidos. “En algún momento va a llegar acá y tenemos la posibilidad de elaborarlo”, completó.
-¿Por qué no vemos la marca Agroandina en los supermercados?
-No es prioridad de Agroandina. No es que no queremos sino que nos dedicamos más a desarrollar nuestros productos. Tenemos muchos clientes de marcas importantes. Seguramente están consumiendo productos elaborados por Agroandina, pero con otra marca. Hay marcas muy conocidas a las que nosotros les elaboramos productos. E incluso ellos exportan con sus marcas los productos que hacemos en Agroandina- remarca Lombardi, sin citar esas empresas por un compromiso de confidencialidad.
Pero también hay marcas propias de la empresas estatal riojana. Son ‘Sabores del Valle’ y ‘Frutos del Nevado’, cuyos productos son, principalmente, derivados de tomate, y están en todo el país. Esta es una propaganda del locro gourmet.
-¿Imagino que la mayor parte de la materia prima llega de unos cien o doscientos kilómetros a la redonda?
-Exactamente. La mayoría de las fincas es de unos 50 ó 60 kilómetros a la redonda, y todo lo que es vegetales -90% diría- lo procesamos en fincas nuestras o de privados, siempre de la zona, lo que hace que seamos generadores de puestos de trabajo, directos e indirectos, muy fuertes para la región. Así se cumple la política de la empresa de generar puestos de trabajo.
“La idea de generar más productos es, precisamente, para mantener a la mayor cantidad de gente trabajando todo el año. El tomate tiene una época fuerte en el verano, y con el zapallo y otros cultivos queremos expandirnos durante los otros meses para mantener la mano de obra activa”, explicó Lombardi.
Renato, además de cumplir con esa estratégica función en la empresa, es montañista, explorador del Famatina, y un entusiasta del mountain-bike. No solamente recorre las montañas cercanas a Chilecito, sino que se ocupa de generar nuevas rutas para bicicletas en esa geografía.
De algún modos sus dos pasiones se entrecruzan: “Abrir sendas y disfrutar de la montaña en bici es el hobby que tengo, hay mucha gente amiga que hace lo mismo y los invito a que vengan a conocer la montaña y a disfrutarla”, dice acerca de su pasión de abrir camino para bicicletas en el Famatina.