La posibilidad de criarse en el campo es la razón que Tomás Biocca encontró para justificar la “sensibilidad particular” que experimenta cuando se conecta con la naturaleza.
Los cambios en los paisajes que detectaba con cada cambio de estación, así como la aparición de distintos animales, aves e insectos a quienes tomó como indicadores, lo condujeron de forma casi inexorable a estudiar la carrera de Biología, gracias a la cual también comenzó a desarrollar una carrera profesional.
Así, el campo familiar de 65 hectáreas que su familia tiene en Lima, provincia de Buenos Aires, y en donde mantienen un pequeño rodeo de Angus, se transformó con el tiempo en su propio laboratorio al cielo abierto, donde empezó a experimentar con distintas prácticas.
“El click se dio en la pandemia. Ahí nos reunimos con toda la familia y empezamos a pensar en que había una manera distinta de hacer las cosas que hacíamos”, contó Tomás en una charla con Bichos de Campo.
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Una de esas “formas distintas” de producir vino de la mano del manejo holístico, al que se acercó no solo por bibliografía sino por las experiencias que otros productores contaban en sus redes.
“En un principio cuando lo escuchás te parece algo poco tangible, casi romántico. En nuestro caso nos acercamos a la idea de la regeneración viendo, por ejemplo, a Pablo Echeverri, que usaba carretes para hacer parcelas más chicas y ordenadas. Después hicimos un curso de especialización con los chicos de Ovis 21, y empezamos a buscar una manera más organizada para regenerar el suelo”, señaló el futuro biólogo.
Para su suerte, y a diferencia de lo que ocurre en muchos otros casos, Tomás recibió un gran acompañamiento de su familia, que vio con buenos ojos esta propuesta de cambio.
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“En mi caso siempre fuimos de la mano con la familia. Creo que contábamos con la ventaja de que mi papá, que había trabajado en el campo en su juventud, luego decidió trabajar en empresas y hacer una vida distinta. Eso hizo que no tuviera muchos preconceptos y nos dio un poco más de flexibilidad para arrancar y estar convencidos de lo que estábamos haciendo”, sostuvo Biocca.
Aún así, el proceso no fue sencillo y la familia tuvo mucho que aprender del ecosistema en el que se encontraban trabajando.
“Existe el preconcepto de que en la zona núcleo es facilísimo generar una buena pastura, una buena cobertura, una buena producción, y la verdad es que nos encontramos con todo lo contrario. Teníamos una situación alarmante desde el punto de vista del suelo, porque estaba recontra compactado, con lo cual que era muy desafiante generar un buen arraigamiento de las gramíneas y la leguminosas. Yo digo que la biología es como el ruleman de la regeneración. Si uno la entiende, esa regeneración se va a potenciar”, aseguró el productor.
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¿Y cuál fue la evidencia de esos cambios positivos en el ambiente? Nada menos que la aparición de casi 100 especies de aves que hasta ese entonces no estaban ahí.
“Yo soy amante de las aves, me encantan. Les saco fotos y las uso como bioindicadores. En nuestro caso notamos que había 97 especies de aves en 65 hectáreas, sin ningún tipo de laguna. Y es más, una vez presenciamos a un cardenal amarillo, que es una especie en extinción. Otro signo de regeneración que encontramos es la presencia de escarabajos estercoleros. La alegría que nos agarró el día que los vimos fue increíble”, celebró Biocca.
Esta pasión es la que hoy el joven elige compartir en sus redes (@tomi.the.biologist), donde muestra las transformaciones en el campo familiar y busca contagiar a otros para que sigan por el camino de la regeneración.
-Como futuro biólogo, ¿cómo analizas esa falta de “receta” que tiene este tipo de manejo, que hace que en cada ambiente se desarrolle en forma particular?- le preguntamos.
-Eso es muy atinado porque si bien hay principios de la regeneración que se respetan, no hay recetas. Eso por ahí es lo que a la gente le da miedo. Si yo te hago una receta paso a paso de un bizcochuelo, vos vas poder hacerlo. Te puede salir mejor o peor, pero te va a salir. Acá no hay una receta porque no es una producción basada en insumos, sino que es una producción basada en procesos biológicos. Y ahí está la clave. Una vez que empiezan esos procesos a funcionar, la producción levanta vuelo.
-¿Qué te llevó a querer comunicar esto?
-Sin dudas estoy convencido de que la regeneración, tanto en agricultura como en ganadería, es la manera de seguir produciendo. Creo que el paradigma de la agricultura verde e industrial es un paradigma del pasado. Allí se necesita una cantidad de insumos para mantener un rinde a costos altísimos. Con esta nueva mirada siento que cambia eso y se le da enfoque de vuelta a los procesos biológicos, a ir bajando los insumos y así lograr que cierre más el contexto tanto productivo como familiar.
-Y de ahí las redes como una herramienta para visibilizar eso.
-Sí, una herramienta para darle valor al campo y por sobre todo, que la familia vuelva al campo. Yo nací en Buenos Aires pero después me fui a vivir al campo, y fue una maravilla poder estar en contacto con la naturaleza. Nosotros íbamos a un colegio que quedaba a 60 kilómetros y siempre que podíamos íbamos por tierra para ver a la naturaleza, para estar en contacto con el clima y el ambiente. Para mi es terrible esa desconexión que se vive en las ciudades, y acá fue todo lo contrario. Fue meterse y entender a la naturaleza.