Belisario Álvarez de Toledo tiene una amplia trayectoria en instituciones privadas, también en organismos públicos y como empresario agropecuario. Su particular recorrido le permitió tener una visión y un sentimiento diferente, quizás disruptivo, frente al de sus colegas, respecto de la actividad agropecuaria.
En 1982 terminó sus estudios universitarios y un año más tarde comenzó a asesorar grupos CREA, una función que cumplió durante diez años para luego dedicarse a su emprendimiento. Pocos años más tarde fue nombrado coordinador regional de la región CREA Sur de Santa Fe y, posteriormente, Marcos Rodrigué, por entonces el presidente de la entidad, “me pidió si podía proponerme como coordinador general y estuve en esa función hasta fines de 2010”, contó.
“El 2002 resultó un inicio de la gestión muy complicada, había un corralito y todos los fondos de CREA quedaron atrapados. Pudimos gestionar esos primeros meses con la solidaridad de los miembros de la institución y con eso se pagaron sueldos en tiempo y forma”, recuerda.
El presidente era Marcos Rodrigué, el vicepresidente era Marcelo Carrique, y la verdad que armamos un muy lindo equipo para, independientemente de cualquier problema que hubiese en ese momento, plantear objetivos superadores para el movimiento CREA, cómo crecer, cómo lograr muchos objetivos de los que hoy no se discuten, pero que en ese momento obviamente eran bastante discutidos”, añade.
Luego Belisario compartió la dirección d ela red CREA junto a otros presidentes que fueron emblemas de la entidad, como es el caso de Oscar Alvarado y Germán Weiss, para en 2010 dar un paso al costado.
Escuchá la entrevista completa:
“Me fui con un balance increíblemente satisfactorio, era una persona muy reconocida dentro del movimiento y afuera, eso era algo inesperado para mí, pero en mi vida hay un momento como que siento que tengo que dar vuelta a la página, que necesito refrescar y buscar otros objetivos, y bueno, en ese momento creo que los había alcanzado”.
“Llega el momento en que te das cuenta que tu insumo, que es tu tiempo, tus ganas, tu esfuerzo, lo que vos le pongas, no tiene el mismo rendimiento, entonces ándate. Es lo mejor que podés hacer. Sí, porque se cumple en ciclo, porque cambia uno, cambia los demás, cambia el contexto y uno, como vamos hablando ahora de insumos, no rinde lo mismo, como si fuese un cultivo”.
Y se fue nomás a trabajar a Uruguay como asesor. Luego volvió al país y durante la gestión de Maurcio Macri fue convocado para participar en la gestión pública en diferentes organismos.
-¿Cómo aterrizaste en la política?- le preguntamos a Belisario.
-Aterricé de una manera muy particular. Estábamos almorzando con un amigo (Tomás Elizalde) que me cuenta que le querían proponer conducir un organismo público. Lo acompañé a la reunión, entendimos un poquitito qué sucedía en ese organismo y entonces aterrizamos en Lotería Nacional.
“Transferimos todas las agencias de lotería y un montón de temas que se ocupaba Lotería Nacional a la Ciudad de Buenos Aires y Lotería Nacional, como una Sociedad del Estado, se disolvió poco tiempo después de que nos fuéramos”.
Belisario dice que la función pública es “apasionante” y que en esos espacios hay “muchos desafíos con un montón de herramientas que no conocés. Pero si aprendés, lográs resultados. Entonces vos podés lograr eficiencia, podés hacer un montón de cosas que están buenas”.
Pero al mismo tiempo tiene dificultades: “La política es muy complicada, porque se te desdibuja dónde está el que toma la decisión. Así como en CREA yo tomaba las decisiones en coordinación con el presidente, en la política cualquiera te levanta el teléfono y te quiere decir lo que tenés que hacer. Y cuando digo cualquiera, es cualquiera. Cualquiera te quiere chapear, cualquiera te dice ‘hablé con fulano y fulano te va a decir qué hay que hacer’. ¿Y por qué? Porque hay mucha plata en juego, porque hay mucho poder en juego, porque hay mucho ego, porque es un caos”.
Ese tipo de situaciones, por muchos conocidas y tantas veces escuchadas, chocan contra las fuerzas de los que intentan manejarse con otros códigos.
“Lo que está bien, está bien, y lo que está mal, está mal. Y de alguna manera podemos conversar, podemos negociar, no es una mala palabra negociar, pero no tenemos que renunciar a determinados principios. Como decía Groucho Marx: ‘Tengo estos principios pero si no te gustan tengo estos otros’. Bien, en política parece que es un poco así y encontrás a gente que uno conocía de antes de entrar a la función pública que se los termina chupando el sistema, que creen que es importante la cantidad de teléfonos que tienen en su agenda”.
Tras trabajar en Lotería Nacional, Belisario cumplió funciones en el Ministerio de Salud en la gestión macrista y finalmente fue presidente del Mercado Central donde estuvo casi un año y medio.
“Cuando haces las cosas bien, la gente se sorprende. Me llamaban a reuniones en Jefatura de Gabinete y me decían que tenía que tomar tal rumbo y yo les decía eso no lo voy a hacer”, recordó.
Álvarez de Toledo también es productor agropecuario y tiene una visión particular de esta cuestión. Su establecimiento está entre Rauch y Ayacucho, donde hace agricultura y ganaderia.
“Jamás me siento sobre los granos. Cuando alguien me dice ‘che, tengo maíz de la campaña anterior’, le digo, loco, ¿qué hiciste? No importa el precio, ¿qué hiciste? La plata circula. O sea, hay que hacer cosas. Invertí, comprá insumos, hacé proyectos, ahorrá en otra cosa. Podés ahorrar en dólares, que no es mala palabra, o podés ahorrar en insumos, sacá créditos. Tenés que moverte, no ser conservador y sobre todo no ser miedoso. Hay que pensar más ampliamente”.
“Y después están los que se enamoran de las vacas. Si tenés las mejores vacas, vendelas. Yo vendo mis mejores vacas todos los años, porque sé hacerlas y entonces gano plata y las vuelvo a tener”, comentó.
En la charla con Bichos de Campo, Belisario también se refirió a la política del gobierno de Javier Milei.
“Con la dispersión que hay en el Congreso se terminan armando un montón de grupos, de personas que creen tener todos la razón. Desde ese punto de vista se armó una situación muy difícil de manejar. Y yo creo verdaderamente que el gobierno de Javier Millei hay que dejarlo ser, porque en definitiva no va a fundir al país. Ya todo el mundo tuvo su oportunidad. Ahora déjenlo ser”, pidió.
“No soy votante de Millei, lo voté en la segunda vuelta, pero no soy votante de Millei. Pero en definitiva, creo que cuando una persona se hace cargo de una ‘papa caliente’, hay que dejarlo ser. ¡Y la papa está bien caliente!”, reflexiona.