A finales de 2023, la Comisión Europea avanzó con una propuesta para actualizar el Reglamento 1/2005 del Consejo, relativo a la protección de los animales durante el transporte y las operaciones conexas. La iniciativa se enmarca en una revisión más general de la legislación en aquel bloque económico, en línea con la estrategia “de la granja a la mesa” que desarrollan desde hace tiempo. Sin embargo, las objeciones de parte de la comunidad ganadera no hicieron más que multiplicarse.
En España, el rechazo tanto de parte de empresas y trabajadores autónomos dedicados al traslado de animales en pie, como de miembros de la industria cárnica, fue contundente. Si bien entraría en vigencia durante 2026, ya hay varios puntos de la nueva disposición que son ampliamente discutidos.
Uno de ellos refiere a la reducción de la densidad de animales por vehículo, que deberán además adaptarse a parámetros de peso máximo y altura, en función de las necesidades específicas de cada especie. Esto supone importantes inversiones para actualizar las flotas existentes.
Otro punto impone limitaciones horarias para evitar las altas temperaturas. De acuerdo al borrador del reglamento, se colocaría la obligación de realizar el traslado durante la noche, para evitar las temperaturas superiores a los 30 grados.
Esto fue cuestionado por la Asociación Nacional de Transportistas de Animales Vivo (ANTA) de España, al considerar que aumenta el riesgo de accidentes.
La iniciativa también busca prohibir el transporte de hembras preñadas que estén cerca de finalizar su gestación; aumentar la edad mínima de transporte de terneros, corderos, cabritos y lechones; obligar a llevar un libro de registro en trayectos cortos, y limitar el tiempo de trayectos en no más de 9 o 10 horas, dependiendo del destino de las cargas.
Según dio cuenta el medio ibérico Ok Diario, la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) aseguró que estos cambios provocarán una caída productiva en torno a un 17% para algunos tipos de carne. Además, advirtió que se verá dificultado el comercio intracomunitario, en tanto que habrá trabajas para operar con normalidad entre países.
Por el contrario, desde la Comisión indicaron que “la asequibilidad de los alimentos no se verá afectada de manera sustancial. Tampoco se verá afectada la seguridad alimentaria ni a escala la UE ni a escala mundial”.
Excelentes medidas!!!