Los productores de Mendoza fueron seriamente afectados por las heladas de los últimos días. Fueron como la frutilla del postre que coronó un año malo desde lo económico y climático.
Muchos vitivinicultores todavía no terminaron de cobrar la cosecha de inicios de año. Y las últimas heladas dieron por tierra con la posibilidad de contar con una productividad aceptable en la próxima vendimia.
“Hubo dos heladas consecutivas muy fuertes y de muchas horas. Eso hizo que tanto las frutas de carozo y de pepita tuvieran afectaciones de hasta el 80%, mientras que en la vid van de 60 a 100%”, dijo Mario Leiva, el presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco.
Frente a los alertas de heladas, los productores salieron el fin de semana a quemar combustible, pero no lograron paliar con eso el impacto del frío intenso.
El gobierno de Mendoza declaró la emergencia agropecuaria, que debe ser luego convalidad por la Nación y que acota el impacto de los impuestos y de deudas bancarias, pero Leiva consideró que con eso no alcanza.
“Acá hay que declarar el desastre económico y aplicar más que eso, como se hizo en el año 95, cuando los agricultores recibieron ayuda por dos años. Eso implica que el productor no paga por el uso del agua y subsidios eléctrico para el que tiene que bombear. Lo que se necesita es que se implemente una ayuda económica directa en el bolsillo”, reclamó el dirigente rural.