La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) acaba de publicar la actualización de la medición trimestral que indica cuánto de lo que produce el campo se lo queda el Estado en impuestos.
En el presente mes de junio la fundación FADA estima que, en promedio, un 61,8% de la renta agrícola queda en los distintos niveles de gobierno. Es decir: por cada 100 pesos generados por un productor de soja, maíz, trigo y girasol, el Estado nacional, provincial y municipal se queda con casi 62 pesos.
Si miramos lo que sucedía un año atrás, esa cifra superaba el 68%. Pero, ¿cómo? ¿Acaso hubo un aporte de la política agropecuaria del gobierno de Alberto Fernández? Para nada.
Sucede que la renta agrícola es el resultado de restarle al valor de la producción, los costos de producir, comercializar y transportar la producción. Por lo tanto, si suben los costos y/o los precios de los granos bajan, la renta se reduce y el indicador sube en términos relativos. Y si, como es el caso actual, suben los precios por encima de los costos, aumenta el valor de la producción, se incrementa la renta y, por lo tanto, aumenta el índice FADA.
En otra palabras: la importante alza internacional de los granos registrada en el último año hace que la mayor extracción estatal “se sienta” menos, haciendo que el dolor ser más soportable, algo que, en definitiva, puede resultar contraproducente.
El dato crucial es qué, detrás del promedio del 61,8%, habitan dos situaciones bastante contrastantes. Mientras que el “peso” del Estado dentro de la renta de la soja es del 67,7% y del 59,9% en el caso del trigo, en el caso del maíz es del 50,6%. El girasol, en tanto, tiene un 47,1%, aunque no es comparable porque su producción –más acotada– se realiza solamente en determinadas regiones.
Es decir: el maíz está mucho menos intervenido –por ahora– que la soja y el trigo y, por lo tanto, es mucho más “competitivo” en términos relativos.
Vale aclarar que tal comparación es –insistimos– en términos de relación de unos cultivos con otros, porque al observar la extracción de recursos en términos nominales, ya sea considerando los derechos de exportación, las “retenciones cambiarias” y los precios “administrados”, la transferencia de recursos es monumental.