La historia de Viterra se remonta a una de las grandes multinacionales del comercio global de materias primas: Glencore. Fundada en 1974 por Marc Rich, trader suizo de origen belga conocido como “el rey del petróleo”, Glencore se convirtió en un actor dominante del negocio de commodities en todo el mundo. En sus orígenes, operó como trader de petróleo y metales, y con el tiempo expandió su presencia al negocio agroindustrial.
Rich, una figura tan influyente como controversial, se vio envuelto en causas judiciales por evasión fiscal y comercio ilegal con Irán en los años 80, y terminó refugiado en Suiza. Vendió su participación en Glencore en 1993, pero la estructura global que ayudó a construir se mantuvo en pie y creció.
En 2012, Glencore creó formalmente su división agrícola global, Glencore Agriculture, que en 2020 fue rebautizada como Viterra. El cambio respondió a la entrada de nuevos socios estratégicos, como los fondos de inversión Canadian Pension Plan Investment Board y British Columbia Investment Management Corporation, y marcó el inicio de una nueva etapa centrada en el abastecimiento y procesamiento de productos agrícolas, con foco en sostenibilidad, integración vertical y expansión global.
Desde 2023, Viterra es además protagonista de una de las fusiones más importantes del agro mundial, al acordar su integración con Bunge. La operación, que aún espera aprobación regulatoria, dará lugar a un nuevo líder global en el comercio de alimentos y biocombustibles, con sede en Estados Unidos y activos combinados en más de 40 países.
En Argentina, el ingreso de Glencore al sector agroindustrial se concretó en 1997 con la adquisición de Oleaginosa Moreno Hermanos, una tradicional empresa nacional del rubro aceitero fundada en 1925. A través de esa compra, Glencore sumó plantas industriales, silos, puertos y una red de proveedores clave. Con el paso de los años, expandió su operación local con nuevas unidades y desarrolló una fuerte presencia en la zona núcleo.
En mayo de 2021, el cambio de marca se concretó también a nivel local: Oleaginosa Moreno pasó a llamarse Viterra Argentina. Actualmente, la operación de la compañía en el país está compuesta por varias unidades clave. Una de ellas es Renova, la mayor planta sojera del país, en la que posee el 66,7% del capital accionario, mientras que el resto sigue en manos de la caída en desgracia Vicentin.
Renova opera la planta de crushing de soja más grande del mundo, ubicada en Timbúes, Santa Fe, donde se elaboran aceites, harinas, biodiesel y otros subproductos destinados al mercado interno y la exportación. En esa misma planta, la empresa incorporó en 2023 un desvío ferroviario que permite el ingreso diario de hasta 210 vagones, equivalente a 300 camiones, con el objetivo de reducir la huella ambiental y mejorar la eficiencia logística. También sumó ocho silos tipo búnker de 24.000 toneladas cada uno, para ampliar su capacidad de almacenaje y recepción de granos.
Además de Renova, Viterra opera plantas industriales en Daireaux, Quequén e Ingeniero White, donde procesa girasol y soja, y logró en 2023 récords históricos en volumen de crushing. Ese mismo año, adquirió la planta de Bahía Blanca e incorporó más de 100 nuevos empleados.
La compañía tiene oficinas comerciales en Rosario, Crespo, Tostado y Villa Mercedes, y mantiene una participación del 50% en Lartirigoyen y Cía, uno de los principales grupos de acopio y logística de granos del país. En total, Viterra emplea a más de 700 personas de forma directa en Argentina y mantiene una red extendida de proveedores y contratistas en distintas regiones.
Según la estadística oficial en 2024 exportó desde Argentina 9,39 millones de toneladas de granos y subproductos, ubicándose segunda en el ranking nacional, muy cerca de la líder Cargill que movió 9,54 millones de toneladas.
Según se desprende de sus balances, desde su relanzamiento como Viterra, la empresa fortaleció también su estrategia de sustentabilidad. En 2023 realizó su primera exportación de harina de soja sustentable y 100% segregada a Europa, e implementó un sistema de medición de huella de carbono en toda su cadena de valor. A nivel global, Viterra comprometió más de u$s4.100 millones en líneas de crédito ligadas a criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) y estableció como meta alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
El balance financiero global de Viterra en 2023 reflejó el alcance de su operación. Comercializó un total de 127 millones de toneladas de commodities agrícolas, incluyendo 75,9 millones de toneladas de granos y 47,8 millones de oleaginosas, y facturó 55.000 millones de dólares. La compañía cuenta con 265 centros de acopio, 30 plantas industriales y presencia en 38 países.
A nivel global, el CEO de Viterra es David Mattiske. En Argentina, Paraguay y Uruguay la empresa está liderada desde fines de 2020 por Vladimir Barisic, ingeniero en Producción Agropecuaria formado en la UCA, con 15 años en la compañía y un paso previo como director global de soja en la sede central de Rotterdam. Bajo su gestión regional, Viterra aumentó su participación de mercado desde el 6% en 2019 al 14% en 2024, consolidándose uno de los principales exportadores de granos y subproductos del país.