Al lanzar la idea de crear grandes valles agroecológicos donde no puedan usarse ni transgénicos ni agroquímicos, el ministro de Ciencia y Tencología, Lino Barañao, citó a un empresario como inspirador del proyecto. Se trata de Diego González Carvajal, un joven emprendedor que desde hace varios años tiene una empresa llamada Interrupción, dedicada a la producción y comercialización de fruta orgánica acá y afuera del país a través de núcleos de productores. La firma cuenta con oficinas en Argentina, Chile, Perú, Estados Unidos y Europa.
“Creamos una comunidad que trabaja para promover mejores prácticas de cultivo y construir un sistema de nutrición centrado en el ser humano a través del consumo consciente y responsable, el desarrollo sostenible, el comercio justo, la agricultura orgánica y la nutrición biodinámica”, dice la página web de esa compañía.
Bichos de Campo dialogó con González Carvajal, quien asumió su influencia sobre el ministro de Ciencia y Tecnología. “La idea es convertir al campo hacia lo orgánico. Y no es una idea mía. Ya en Dinamarca, Alemania y algunos países asiáticos lo hacen. Esto lleva tiempo”, aclaró.
Escuchá aquí la nota completa con el fundador de Interrupción:
“El contexto está cambiando, los consumidores no quieren comer más agroquímicos. Está probado que eso sucede. Cuando te comés una manzana hay más de 30 químicos residuales si la comprás en una verdulería común. resto es un problema de salud pública pero además es una oportunidad para la Argentina”, informó González Carvajal, quien propicia sin reparos la evolución de los sistemas de producción orgánica.
“Claro que esto no se puede hacer en el conurbano, ni se está pensando en la Provincia de Buenos Aires por lo pronto. Se apunta a Río Negro y Catamarca, que tienen lugares desérticos que pueden ser regados con buena calidad de agua y lejos de contaminación”, explicó en relación a la idea de los valles agroecológicos.
“La idea es arrancar con regiones y de ahí desarrollarlas”, añadió el emprendedor, que aclaró que su propuesta implica la prohibición lisa y llana de los agroquímicos y los cultivos transgénicos dentro de los límites de estos valles orgánicos.
“Cuando te comés una manzana hay más de 30 químicos residuales si la comprás en una verdulería común”. Estaría bueno que está persona cite la fuente de donde asegura que la fruta del Valle de Río Negro tiene residuos de más de 30 químicos. Para el que no conoce, la zona es en su gran mayoría agro-exportadora, teniendo protocolos muy exigentes que cumplir para poder llegar a mercados como los europeos, USA o inclusive asía. Mucha de esta fruta, que no llega por diferentes causas a exportarse, termina en el mercado interno, por lo cual la sanidad es excelente. Inclusive en aquellos que hacen solo mercado interno, no creo que con la crisis que está pasando la actividad, pueda aplicar más de 30 agroquímicos. Saludos desde el Valle.