“Eduardo José Serenellini (Capital Federal, 30 de noviembre de 1966) es un periodista, conductor, productor, escritor, empresario y funcionario argentino. Actualmente es secretario de comunicación y prensa de la presidencia de Javier Milei”.
Eso es lo que informa la página de Wikipedia dedicada a este comunicador y funcionario. La página ha comenzado a recibir un creciente número de consultas de productores y otras personas vinculadas al agro argentino, debido a que en los últimos días Serenellini ha recibido en su despacho oficial en la Casa Rosada a varios de los principales dirigentes de las entidades rurales que conforman la Mesa de Enlace.
¿Quién es Serenellini? Esa se ha vuelto una pregunta habitual en las ruedas de productores, especialmente entre quienes no miran demasiada televisión o esquivan los canales de noticias porque prefieren Canal Rural o Gran Hermano.
Nicolás Pino, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), estuvo el martes reunido con este funcionario, lo mismo que Elbio Laucirica, titular de Coninagro. Mientras tanto, el presidente de la Federación Agraria, Carlos Achetoni, mantuvo audiencia este viernes temprano.
En todos los casos, según sus propios relatos, los dirigentes rurales no solicitaron esa audiencia sino que fueron invitados. Todos ellos asistieron a Casa Rosada entre entusiastas e intrigados. Por un lado, actuaron con cortesía propia de la gente de campo. Por otro, no tenían claro qué papel juega Serenellini dentro del gobierno de MIlei y cuál es su llegada real al núcleo del poder. Los ruralistas asistieron con la secreta esperanza que el contenido de sus charlas lleguen a oídos del presidente.
Milei, que asumió hace un poco más de un mes, no ha citado todavía a los dirigentes de la Mesa de Enlace, a pesar de que éstos con los años se han convertido en un ícono importante en la pelea contra el kirchnerismo, y a pesar de que en buen número los productores agropecuarios han apoyado abiertamente la candidatura presidencial del libertario.
Resulta ventajoso para ambos (para Milei y los dirigentes agropecuarios) que por ahora no haya reuniones. Y mucho menos fotografías incómodas. Si las hubiera, sería inevitable no recordar que el actual Presidente prometió en todos lados que en caso de llegar al poder iba a eliminar de inmediato las retenciones, y que lo primero que hizo cuando llegó fue anunciar que las iba a subir. También sería difícil no reparar en el silencio casi piadoso de los dirigentes agropecuarios frente a esta ofensiva fiscal para apropiarse de otros 1.500 millones de dólares del campo. Las entidades rurales han marcado su posición contra la suba de retenciones, pero apocadamente, sin la alaraca que solían hacer cuando el anterior gobierno hacía un amague.
Esa complicidad evidente entre Milei y los dirigentes rurales no implica que no exista una agenda plagada de asuntos por resolver. Y entonces, cuando Serenellini habilitó un resquicio de la puerta de su despacho ellos ingresaron, ingenuos y presurosos. En rigor, hasta aquí ha sido mucho más generoso el Secretario de Comunicación y Prensa de Milei que el propio ministro de Economía, Luis Caputo, que jamás los recibió, y que el propio secretario de Agricultura, Fernando Vilella.
Interlocutor clavado para esta relación, Vilella, no sido muy proactivo por ahora en tratar de fortalecer la relación con los representantes gremiales de los productores. Los recibió en diciembre, luego de los anuncios de devaluación y de suba de retenciones, para negociar en torno a una lista de economías regionales que quedarían exceptuadas del tributo. Pero después, ante cada reclamo adicional, los mandó a hacer lobby directamente en el Congreso.
Peor todavía, esta semana el secretario de Agricultura recibió en su despacho y manifestó todo su apoyo a la cúpula de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), con los que comparte la visión de que la Argentina debe adherir al convenio UPOV 21 para asegurar el cobro de regalías para ese sector. Pero Vilella no recibió con el mismo ahínco a los dirigentes rurales, que tienen otra opinión sobre el asunto. Esto provocó un comunicado de rechazo de tres de las cuatro organizaciones de la Mesa de Enlace, reclamando una discusión pareja en el marco de la Ley de Semillas.
Mucho más destrato recibieron los dirigentes rurales de parte de otro importante funcionario, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, a quien la Mesa de Enlace le reclamó una audiencia urgente luego de que ese organismo prorrogara a fin de año el castigo financiero en la tasa de interés cobrada a aquellos productores que guarden un 5% o más de su cosecha de soja. Bausili ni se mosqueó por el pedido. Directamente lo ignoró.
Por eso, cuando un tal Serenellini apareció en el horizonte, alguno se ilusionó en que fuera un buen vehículo para las inquietudes del campo. Por lo menos, sería una buena oportunidad para sacarse de encima la angustia oral que sienten algunos dirigentes por no poder salir a decir a viva voz, al menos todavía, que no están de acuerdo con muchas de las medidas de política agropecuaria que está tomando esta gestión. Lo dicen en privado. Lo callan. Y es sabido que lo que no se dice se pudre adentro.
Con Serenellini pudieron comenzar a hablar por lo menos sobre esos asuntos. La SRA no informó sobre el contenido de la reunión, pero Coninagro sí contó que con el funcionario hablaron “sobre temas referidos a la ley ómnibus, como por ejemplo, los perjuicios que generan los derechos a la exportación”.
Luego de la reunión en la Rosada, en tanto, la Federación Agraria contó que también se conversó sobre el impacto negativo de las retenciones para los pequeños productores y sobre otras dos normas contenidas en le ley ómnibus, que la entidad rechaza: la derogación de la Ley de Tierra y, de nuevo, la adhesión a la UPOV 91.
Desde la Oficina de Comunicación y Prensa de la Nación, en cambio, se informó en sendos comunicados que:
- Serenellini coincidió con Pino en “la importancia de comunicar los aspectos más relevantes de las normativas laborales incluidas en la Ley Bases y el DNU”.
- Que los dirigentes de Coninagro “expresaron su disponibilidad para aportar en el debate sobre el tratamiento de todos los aspectos relativos a las normativas laborales incluidas en la Ley Bases y el DNU”.
- Y que Achetoni “manifestó que de consolidarse la tarea del Gobierno con eje en la actividad privada y con foco en las Economías Regionales, en un año muchas familias podrán volver a la actividad rural”.
¡Plop!
Después de una semana de reuniones, ahora en el agro ya casi nadie se pregunta quién es Eduardo Serenellini. Lo que ahora empezaron a preguntarse es si tiene algún sentido entrevistarse con él, además de ahorrar la plata del psicólogo.