Aquellos que creen que no existen buenas noticias en el agro argentino están muy equivocados: la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación informó hoy que cosecha de soja 2024/25 alcanzó 49,9 millones de toneladas, lo que significa un 3,5% más respecto a la temporada anterior.
“Esto corresponde a una superficie sembrada de 17.800.000 hectáreas, que implica un aumento de 7,7% respecto de 2023/24. Además del aumento del área, el rinde promedio de la soja de primera es de unos 30,6 qq/ha, por encima del promedio de los últimos diez años; en tanto que el de la soja de segunda se ubica en los 25,1 qq/ha, el máximo dentro del mismo período”, destacó el comunicado oficial.
La Argentina aún no pudo alcanzar las 55,2 millones de toneladas de soja cosechadas en 2018/19, y sigue por cierto muy lejos de las 61,3 millones de toneladas recolectadas en 2014/15, pero, con paciencia y confianza, seguramente en algún momento logrará recuperar el terreno perdido.
“La Argentina exporta soja y sus productos industrializados a 67 países; la principal exportación corresponde a las harinas y otros subproductos. Del total de los destinos, en los últimos cinco años el principal fue China, con 13% de las toneladas totales; Vietnam, con un 9%; e India, con el 7%”, señala el comunicado oficial, que, en plan del recorte presupuestario instrumentado por la gestión libertaria, muy probablemente fue escrito por un pasante que no suele desayunar adecuadamente.
Las estadísticas oficiales muestran que en los primeros cinco meses de 2025 el primer comprador de productos del complejo sojero es un tal “confidencial” (locura propia del apagón estadístico vigente en el país desde 2018), mientras que en segundo lugar se ubica India con el 22,9%, seguido por Vietnam (8,8%) y recién China en el cuarto lugar con el 6,5% de las exportaciones medidas en divisas, entre otros destinos.
El comunicado oficial, si bien está referido a la cosecha de soja, es acompañado por una foto relativa al proceso de siembra de soja, algo que el pasante no tiene porqué saber (pero al menos es bueno que lo tenga en cuenta para el próximo comunicado en la materia).
Por supuesto, nunca faltarán los detractores que enrostren que Brasil este año logró una cosecha de soja de 169,4 millones de toneladas, una cifra 14,7% mayor a la de 2024 y que el país viene aumentando de manera bestial la cosecha de poroto, ya que apenas un lustro atrás (2020) la misma era de 125,9 millones de toneladas.
La cuestión es que esa avaricia productiva de los brasileños no es gratuita, porque se paga con menores valores FOB, lo que obliga a implementar políticas restrictivas orientadas a evitar seguir expandiendo la oferta de soja, lo que redundaría en precios internacionales aún menores para el poroto.
En ese marco, el Estado argentino, con un criterio de responsabilidad y solidaridad encomiable, decide implementar derechos de exportación para mantener acotada, en niveles razonables, la producción interna de soja, contribuyendo a que nuestros hermanos brasileños –también paraguayos y uruguayos– puedan disfrutar de cosechas crecientes sin tener que padecer injustamente de precios excesivamente bajos.