El viernes de esta semana se realizó en la ciudad de Buenos Aires una reunión entre directivos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación de Acopiadores y las industrias y exportadores nucleados en Ciara-CEC
Los integrantes de la SRA plantearon la preocupación creciente por la existencia de granos de soja con problemas de calidad, particularmente granos verdes, lo que agrava el problema derivado del déficit de oferta provocado por el desastre climática.
Frente a esa situación excepcionalmente negativa causada por la sequía y ante los planteos de la producción, los representantes de las industrias aceiteras indicaron que las fábricas están trabajando en la recepción de soja con criterios muy flexibles al aplicar tolerancias de recibo mayores a las estatutarias, que en algunos casos llegan hasta el 60% y con un 20% sin descuento.
Vale recordar que la norma argentina de calidad para comercialización de poroto de soja establece una base de recibo de hasta 5,0% de grano verde con una tolerancia de hasta el 10,0% (porcentaje a partir del cual el comprador puede rechazar la mercadería). Cuando una partida supera el 5,0% de grano verde, se aplica un descuento de 0,2% por cada por ciento o fracción proporcional.
Esta flexibilidad no es aplicable, por supuesto, para terminales de exportación de poroto de soja, dado que los compradores internacionales no permiten tolerancias en ese sentido.
Por su parte, en la reunión, que se llevó a cabo en la sede porteña de la SRA, los integrantes de la Federación de Acopiadores indicaron que informarán a sus clientes las condiciones de flexibilidad establecidas por las fábricas para intentar facilitar la comercialización de poroto.
Representantes de las Bolsas de Cereales de Buenos Aires y de la Bolsa de Comercio de Rosario, quienes también participaron del encuentro, manifestaron que comenzarán a informar las condiciones de recibo especiales implementadas por las diferentes industrias aceiteras.
En la reunión también se mencionó la importancia de promover un mayor uso interno de biodiésel, dado que, como el aceite proveniente de la molienda de granos verdes de soja tiene un color que lo hace inviable comercialmente en el ámbito alimentario, el mismo podría ser usado sin inconvenientes para la elaboración de biocombustibles.