Hoy los futuros de aceite de soja en el mercado estadounidense CME Group tuvieron un movimiento alcista gigantesco que contribuyó a morigerar en el poroto el impacto promovido por las bajas de la harina.
El mérito de tal movimiento alcista es doble porque los futuros del petróleo en EE.UU. (WTI Crude Oil) terminaron hoy con bajas intradiarias.
La explicación detrás de ese fenómeno es que la demanda internacional del producto está en alza al tiempo que el principal exportador del mismo –Argentina– no termina de “levantar cabeza” en el marco de una grave crisis económica.
India, según datos de operadores presentes en ese mercado, importó en julio pasado un récord histórico de 493.000 toneladas de aceite de soja, una cifra 113% mayor a la de junio de este año. Y se espera que la campaña comercial 2021/22 termina con compras del producto por 4,50 millones de toneladas.
Buena parte del auge importador se fundamental en la decisión tomada por el gobierno de India a fines de mayo pasado, cuando procedió a eliminar por un período de dos años el arancel de importación de aceites de soja y girasol con el propósito de abaratar el precio interno de los mismos y recomponer reservas internas.
According to an estimate of market operators, #soyoil imports in India reached a record 493,000 tons in July (+113% compared to June). During the season, deliveries are projected to reach a record 4.5 million tons (2.87).
— Gaurav kochar (@gaurav_kochar) August 4, 2022
La contrapartida de eso es que Argentina, el mayor exportador mundial de aceite de soja, viene con embarques atrasados del producto a causa de problemas de competitividad derivados de una crisis económica y cambiaria.
Los últimos datos oficiales muestran que Argentina cuenta con embarques programados de aceite de soja en el presente mes de agosto por apenas 225.670 toneladas, cuando en agosto de 2021 había sido de 380.428 toneladas.
En términos estructurales, el aceite de soja de soja está registrando un uso interno creciente tanto en EE.UU. como en Brasil para la elaboración de biodiésel. El fenómeno también se registra en la Argentina, pero de manera coyuntural, porque el gobierno de ese país desmanteló este año el programa de promoción de biocombustibles.
Esta semana Petrobras y la filial brasileña de Bunge firmaron un contrato de compra de aceite de soja refinado destinado a la producción de “diésel R5” en la refinería Getúlio Vargas de la compañía estatal brasileña.
El “diésel R5” se produce a partir del coprocesamiento de aceites vegetales, en este caso aceite de soja refinado en una proporción del 5%, y con gasoil de origen fósil en el 95% restante. Como el diésel R5 es químicamente equivalente al gasoil fósil, luego el mismo puede ser mezclado en un 10% con biodiésel para cumplir el mandato de corto obligatorio presente en Brasil.
Las primeras producciones conjuntas de diésel R5 se harán en el próximo mes de septiembre y se estima que el volumen por testear en las primeras pruebas comerciales alcanzará 1,50 millones de litros.