Se publicó este sábado el 11° informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, que comprende los resultados de las trampas entre el 22 de diciembre y el 7 de enero. Ahora, sin tanto optimismo como en los últimos informes, reconoce situaciones “dispares”, que dan asidero a una mayor presencia de chicharrita no solo en la zonas endémicas del norte sino también de Entre Ríos y el centro de Santa Fe.
De hecho, en ensayos de maíz escalonado en el INTA de Rafaela, el bichito anda de lo más campante y requiere controles.
“Si bien la ausencia de la plaga predomina en todas las regiones, se observa un crecimiento poblacional en localidades del NEA y el Litoral, y un retroceso en el NOA”, reconoce el monitoreo que conformaron las entidades de la cadena agrícola, en tanto que ratifica que “la chicharrita está ausente en el 91% de la región Centro Norte y en el 97% de la Centro Sur, las principales áreas maiceras del país”.
La mayor detección del insecto que transmite la enfermedad spiroplasma se produce, admite el documento, “ante el aumento de las condiciones ambientales predisponentes en esta época del año”. Por eso se recomendó “intensificar los monitoreos a medida que avanza la siembra de maíces tardíos, y, en caso de ser necesario, aplicar estrategias de control químico para contener el crecimiento de la plaga y mitigar posibles daños”.
Este 11° informe de la Red Nacional de Monitoreo relevó trampas adhesivas de 409 localidades del país. “Si bien resulta esperable un aumento de las poblaciones en esta época, sobre todo en las zonas endémicas, en la región del NOA -la más afectada la campaña anterior- se observa que la plaga no creció e incluso decreció respecto de la semanas previas”, celebró ese colectivo, que insiste en los tonos cautos pero a la vez optimistas.
De todos modos, entre diferentes actores del negocio agrícola no está todo tan sereno, porque el insecto ha vuelto a verse en campos de zonas que -si bien no forman parte de la región núcleo maicera- tienen mucha importancia. La semana pasada llegaron voces de alarma desde Entre Ríos. Y ahora un oportuno ensayo del INTA Rafaela confirma que la plaga sigue dando vueltas cerca.
“En INTA Rafaela hemos realizado siembras escalonadas del cultivo de maíz desde el mes de septiembre hasta la fecha, es decir, tanto maíces desde fecha temprana como de fecha tardía o de segunda arriba de los trigos. Hemos realizado monitoreos sistemáticos semanales de la chicharrita del maíz, encontrando los primeros ejemplares en los maíces tardíos en estados fenológicos de B4, B5, con bajas densidades poblacionales, pero los primeros ejemplares han sido observados y registrados”, reveló Federico Massoni, Lienciado en Biodiversidad del área de Protección Vegetal de esa experimental.
Según el profesional, no es para generar alarma, pero “esto dispara a nivel de ensayos una serie de evaluaciones, de ventanas de aplicación, comparación de productos sistémicos de síntesis química versus biológico”.
Pero Massoni agregó que “a su vez también hemos detectado la presencia en lotes comerciales, es decir lotes de producción de la zona centro de Santa Fe. Por lo tanto, las recomendaciones son hacer los monitoreos sistemáticos semanales de unas 50 plantas por lote, justamente para detectar si tenemos la presencia de la chicharrita en los lotes y tomar las decisiones de, en todo caso, hacer aplicaciones oportunas de insecticidas”, enfatizó.
En cambio, el informe de la Red dice poco y nada sobre presencia de chicharrita en esa región. Por el contrario, minimiza los hallazgos. “En la región Centro Norte, el 91% de las 70 localidades relevadas no registra presencia de chicharritas, mientras que el 9% restante, fundamentalmente en el norte de Córdoba y Santa Fe, reporta capturas en la categoría más baja”.
En el Centro Sur, mientras tanto, la Red afirma que 97% de las 159 localidades relevadas registró ausencia de la plaga, mientras que el 3% restante muestra una presencia incipiente en localidades de Córdoba y Santa Fe.
#AHORA
Informe sobre infectividad de Dalbulus maidis recolectada en el norte del país.Red Uruguaya de Monitoreo de Chicharrita.
Acceda al informe 👉 https://t.co/GgwXvtkqjd
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— INIA URUGUAY (@INIA_UY) December 30, 2024
“Estos resultados reflejan una ausencia temporal y espacial significativa del vector en esta zona agroecológica. No obstante, en el marco del manejo integrado de plagas, es fundamental mantener un monitoreo constante, especialmente en lotes donde el maíz ya está implantado y se encuentra en el tramo final del período susceptible”, coinciden con el INTA en ese sentido.
En cambio, la Red de monitoreo si plantea su preocupación por la situación en el Litoral, ya que allí se relevaron 39 localidades, y un 43% registró presencia de Dalbulus maidis. “Corrientes sigue apareciendo con las mayores capturas, con la localidad de Mercedes con el valor más alto en la zona, y en Entre Ríos han comenzado a detectarse algunos focos”, se admitió.
“La coexistencia de maíces tempranos y tardíos en esta región hace imprescindible un monitoreo riguroso de los cultivos”, sostiene el informe. Si bien los maíces sembrados tempranamente están fuera de peligro, el objetivo es reducir el impacto del vector y las posibles fuentes de infestación para los maíces tardíos, que están aún en las etapas iniciales de desarrollo. Por tanto, “resulta crucial aplicar medidas de control en aquellas localidades donde se han registrado aumentos significativos en la población del vector”.
El escenario es parecido en el NOA, ya que de las 76 localidades relevadas en esas zonas agrícolas un 37% registró presencia de la plaga, aunque en niveles bajos.
El escenario más problemático se sigue dando en el l NEA, donde de las 72 localidades relevadas, el 25% presentó capturas de adultos de Dalbulus maidis, principalmente en el Chaco.
“La localidad de Perín, en Formosa, sigue siendo un punto crítico, con el valor más alto del país y una tendencia creciente. El noreste de Santiago del Estero permanece prácticamente libre de la plaga, no así el norte de Santa Fe, donde ha comenzado a detectarse”, reconoce el documento colectivo.
“La proliferación de maíces voluntarios tempranos, sumada a la falta de un manejo cultural adecuado, ha propiciado un incremento significativo de las poblaciones del vector, especialmente en áreas críticas del noreste de Chaco y en Formosa”, agrega el informe.