La industria frigorífica sigue esperando, al igual que todos en la cadena de ganados y carnes, por el cumplimiento de las promesas oficiales que no se concretan.
Una de las decisiones que anunció el Ministerio de Economía fue la eliminación de los derechos de exportación de los cueros crudos y salados. Esta barrera arancelaria impide desde hace varias décadas que las plantas de faena puedan acceder a los mercados internacionales con ese subproducto. Quedan obligados a venderlos así a las curtiembres locales a precios de ruina.
Lo que había anunciado el ministro Sergio Massa es la decisión de terminar con la fórmula de cálculo de esos derechos de exportación. La cuestión es que la fórmula que se aplica no toma en cuenta el precio local del producto sino el de Estados Unidos, que es muy superior. Y sobre ese valor la Aduana aplica el descuento y además se calcula el flete, por lo que los frigoríficos terminan sin poder exportar ni se valoriza su producto.
Lo que piden desde la industria frigorífica, y fue prometido por Economía semanas atrás cuando se anunció el nuevo acuerdo de precios de la carne para el mercado interno, es que se tome en cuenta el precio local y de máxima que se eliminen las restricciones.
“El valor de los subproductos de faena (cuero, menudencias, sebo y hueso) están en sus niveles más bajos. Seguimos insistiendo en que se quite el régimen de derechos de exportación para los cueros (semiprocesados). Sabemos que eso los están analizando los funcionarios del Ministerio de Economía, pero no hay visos de resolución inmediata”, comentó Daniel Urcía el vicepresidente de Fifra.
“A este ritmo en poco tiempo más caeremos otra vez en la vieja situación en la cual pagábamos para que los retiren (a los cueros) o se terminaban enterrando en algunos casos. Esperemos que no quede sólo en una promesa, una vez más, tal como sucedió en otros gobiernos”, añadió un empresario local.
El cuero y los demás subproductos de la faena de bovinos llegaron a significar una parte importante de los ingresos de las empresas. Eran un “recupero” con el cual se pagaban costos fijos como los salarios. Pero su participación en la integración de la media res cayó sensiblemente y “hoy no representa más que la quinta parte de esos gastos”, señaló Urcía.
Actualmente por el cuero de vaca de consumo se paga menos de 2 pesos el kilo y el de novillos o hacienda de consumo 25 pesos, mientras que en Estados Unidos ese producto ronda 1 dólar, es decir 210 pesos. Esto significa 8,5 veces más de lo que se cobran los frigoríficos en Argentina. Sobre ese valor de calculan los derechos de exportación.
Los empresarios del sector frigorífico consideran que la eliminación del sistema de preferencias al sector de las curtiembres -que lleva ya carias décadas- mejoraría el ingreso de dinero al sector y esto ayudaría a tener mejor poder de compra del ganado y evitar el traslado total o inmediato de las subas de precios que tuviera la hacienda a la carne en la góndola.