La política no tardó en hacerse presente en la primera jornada de la edición 135 de la Exposición Ganadera de Palermo.
En un auditorio colmado de periodistas y representantes de las entidades ruralistas, se presentó un documento que espera generar un mayor impacto que aquel elaborado por el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), aunque con propuestas muy similares.
¿Qué quiere el campo de parte de la política? Eso es lo que busca explicar el documento “Agrobioindustria: Aportes para un país diferente”, que fue coordinado por el economista Roberto Bisang, en un contexto de fuertes pujas electorales.
La génesis del trabajo que tuvo como semilla inicial las ideas de Andrés Blaquier, quien falleció el año pasado, y luego sumó los aportes y acompañamiento de 12 entidades: la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa; Asociación Forestal Argentina; Asociación Maíz y Sorgo Argentino; Confederaciones Rurales Argentinas; Confederación Intercooperativa Agropecuaria; Confederación Argentina de la Mediana Empresa; Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola; Federación Agraria Argentina; Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina; Fundación Barbechando; Fundación Producir Conservando; y la Sociedad Rural Argentina.
A este listado se sumaron luego otras 50 entidades, universidades e instituciones, según lo confirmó Ángel Rossi, protesorero de la Sociedad Rural Argentina.
Durante el lanzamiento del documento, que demoró un año en realizarse, Bisang explicó que las cadenas agrobioindustriales representan el 18% del PBI y definió que la agrobioindustria tiene, de todos modos, un “gran potencial a futuro” en lo que queramos.
A modo de ejemplo de este nuevo motor de desarrollo, Bisang estableció que el país podría lograr una cosecha de 180 millones de toneladas si se lo propone.
“Estamos exportando materia prima semielaborada de alto potencial de transformación industrial posterior”, indicó el economista, dando a entender que uno de los caminos del desarrollo es agregar valor a los granos y a la biomasa disponible.
Bajo la consigna de desarrollar, defender y potenciar a la Agrobioindustria como motor de cambio del país, entonces, se detallaron los puntos que el campo necesita que la política le provea.
¿Qué le pide? En primera instancia, “un marco institucional que garantice la división del poder, las reglas de juego la propiedad privada y la seguridad jurídica”.
En segundo lugar, “programas económicos consistentes, con equilibrios fiscales y monetarios y una profunda revisión del sentido, nivel y eficacia del gasto público”.
A eso se le suma la necesidad de “una reforma impositiva y laboral, sumado a una revisión de los múltiples sistemas de promoción que impulse la actividad privada en función de una estructura productiva superadora”.
A esos puntos les sigue “una estrategia de desarrollo de una infraestructura moderna junto a una política integral en materia educativa y desarrollo científico y tecnológico”.
Y, finalmente, “una agenda exterior de equilibrada apertura y negociaciones internacionales que permitan mayor acceso a mercados a menores costos, eliminando toda restricción cuantitativa a las exportaciones”.