En poco tiempo más se oficializará la compra de la mayor parte del paquete accionario de Profertil por parte de Adecoagro, una compañía agroindustrial controlada por la corporación de criptoactivos Tether.
La estrategia de Tether cuenta con una parte que es más obvia, la cual consiste en diversificar un gigantesco portofolio de activos en distintos rubros que gestionan bienes físicos, los cuales resultan necesarios en caso de que, por algún motivo no previsto (apagón generalizado, ataque informático, etcétera), los criptoactivos se diluyan en el éter de la nada misma.
Pero parte de la estrategia, si bien está a la vista, no es tan visible porque forma parte de una serie de acciones que intervienen sobre dos sectores que aparentemente no están conectados, pero sí lo están.
La primera pista de ese fenómeno llegó a mediados de este año, cuando Adecoagro anunció que comenzó a trabajar junto a Tether para evaluar la viabilidad de minar bitcoin en Brasil con excedentes de su propia producción energética, la cual se sustenta en calderas para quemar el bagazo de caña de azúcar y en biometano proveniente de la vinaza (subproducto de la caña).
“Adecoagro reconoce que bitcoin puede convertirse en una nueva fuente de valor a largo plazo, al igual que sus activos agropecuarios, y planea utilizar este proyecto ‘minero’ para iniciar una exposición estratégica a bitcoin en su balance. El diseño y la operación del proyecto se benefician de importantes sinergias entre la experiencia energética e industrial de Adecoagro y las capacidades de Tether en el sector de los activos digitales”, señaló por entonces la empresa.
Mientras eso ocurría, las operaciones de Tether para minar bitcoin en Uruguay iban camino al fracaso. La corporación de criptoactivos había decidido desembarcar en 2023 en Uruguay atraído por las condiciones de estabilidad y el uso de fuentes renovables de energía. Inicialmente proyectó inversiones por unos 500 millones de dólares para construir centros de procesamiento de datos en Florida y Tacuarembó, además de un parque de generación de energía eólica y fotovoltaica.
Evidentemente, Tether juzgó mal a Uruguay, porque una vez instalado intentó renegociar las tarifas de electricidad con la empresa estatal UTE, imaginando que lograrían su objetivo para poder consolidar la inversión prometida. Pero en UTE los mandaron a “freír churros”. Así Tether dejó de abonar las facturas y comenzó a despedir personal (¿imaginando que podría negociar mejor de esa manera?) para finalmente dejar el país con un deuda importante con UTE.
Luego llegó la noticia del interés de Tether en Profertil, una empresa conocida por ser una gran productor de urea granulada, un fertilizante nitrogenado de amplio uso agropecuario.
Si bien el interés de Adecoagro en Profertil es claro porque se trata de industrias complementarias, la meta de Tether quizás sea usar a la compañía como punta de lanza para el minado de criptoactivos en un territorio con temperaturas adecuadas para esa actividad, la cual requiere importantes inversiones en refrigeración de servidores.
Profertil se abastece mayormente de energía renovable al lograr que la totalidad de su consumo eléctrico en la planta de urea de Bahía Blanca provenga de fuentes eólicas gracias a un convenio con YPF Luz. Lo que no pudo lograr Tether en Uruguay, quizás lo pueda conseguir en la Argentina, donde los recursos son más abundantes y las políticas públicas más flexibles.
El último informe de reservas publicado por Tether, correspondiente al pasado 30 de septiembre, indicaba que la compañía tenía bitcoin por un monto entonces equivalente a 9856 millones de dólares.







