La última proyección sobre la cosecha de trigo de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) fue de solo 14,3 millones de toneladas. Es que pasan las semanas y las lluvias no llegan como se esperaba, como se pronosticaba, y como necesitan los cultivos y los productores que, por ahora, están atravesando la cuarta campaña con poca agua en el suelo.
¿Qué hacer con el trigo entonces? Eso preguntamos al asesor e ingeniero agrónomo Fernando Migues, quien respondió: “La recomendación es ser conservador y atenerse a lo que uno sabe hacer, que es agronomía”.
Según contó el experto, en una recorrida por la zona central del país encontró al cultivo en condiciones aceptables. Pero aclaró: “ahora está espigando y empieza a jugarse el partido, está sano y los lotes bien fertilizados y con enfermedades controladas, viene bien pero se requieren de más lluvias. Desde lo agronómico, lo único que falta es que acompañe el clima para, esperemos, cosecharlo porque muchos productores lo necesitan mucho”.
La última campaña fue muy mala (por la sequía la producción poryectada bajó de 22 a solo 12.5 millones de toneladas) y sin embargo los agricultores renovaron la apuesta gracias al apoyo y financiación de los proveedores de insumos, que también necesitan que la rueda siga girando.
Respecto de la cuestión comercial, Migues fue contundente: “Lo más razonable es esperar a ver qué pasa. No va a haber demasiado trigo, y tenemos por delante el recambio de gobierno y, según algunos, una hiperinflación latente. Si tuviera que cubrir pagos, y luego de la experiencia de los últimos años, a lo sumo tomaría una opción de venta, un put, para tener un piso de precios”.
El consultor dijo que en esta campaña no depende de los productores que vienen haciendo su parte sino de factores exógenos vinculados a la situación política y económica del país, y no tanto al contexto de precios internacional.
“No conviene vender porque no sabés qué puede pasar, ni siquiera si vas a tener la mercadería. El año pasado hubo problemas para renegociar forwards. Hoy no tomaría un forward, a lo sumo para cubrir compromiso tomaría un put” reiteró Migues.
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Con relación a la campaña gruesa, el consultor dijo que se terminó la ventana de siembra del maíz temprano y que en las condiciones climática en la que se está desarrollando la campaña muchos productores se pasarán a soja, que es un cultivo con menos inversión por hectárea.
“Los agricultores se pasarán a soja porque tienen un periodo crítico más abierto. El llenado del grano se puede dar en enero y febrero, y por lo tanto tenés tiempo para que llueva. Veo que hay poco maíz temprano sembrado en la zona núcleo y que está sufriendo la falta de lluvias. Ahora viene la siembra de la soja, pero también le faltan al menos entre 30 y 40 milímetros en la zona central para que se la pueda implantar”, indicó.