El sector financiero sigue haciendo grandes negocios de la mano de la decisión del gobierno argentino de intervenir el mercado cambiario con el propósito de sostener un tipo de cambio artificial.
Este martes la Secretaría de Finanzas anunció los resultados de la licitación de Lecaps y Boncaps, en la que se recibieron ofertas por un total de valor de 9,40 billones de pesos, de las cuales se adjudicaron 9,02 billones para renovar un 76,3% de la deuda en pesos de corto plazo del Estado nacional.
La cuestión es que el título de menor plazo, el S15G5 que vence el próximo 15 de agosto, sólo pudo se colocado con un tasa de interés efectiva anual del 65,3%, una cifra muy superior a la inflación proyectada para el próximo año por el REM-BCRA, que es del 20,8%.
Los restante títulos, con vencimientos más largos, se renovaron también con tasas de interés elevadas del 60,5% para el S29G5, del 55,4% para el S12S5 y del 51,2% para el S30S5, entre otros.
Esa distorsión –que si se mantiene en el tiempo provocará un problema enorme en la cadena de pagos por asfixia financiera– es producto de múltiples intervenciones que viene realizando el equipo económico con el propósito de evitar que los tenedores de pesos se pasen al dólar.
No es casual que este martes las acciones de los bancos en el mercado bursátil argentino BYMA terminasen con un importantes alzas intradiarias, con el Banco Supervielle a la cabeza, que terminó en un valor de 2850 pesos con un alza del 9,4%.
Tales esfuerzos no serían necesarios si se dejase que el dólar alcanzase su valor de equilibrio con la oferta disponible de pesos, lo que permitiría mejorar la competitividad de los sectores exportadores (con el agro a la cabeza) y evitar seguir comprometiendo al erario público con instrumentos financieros (que benefician a los bancos) e intervenciones en el mercado de futuros de dólar (que comprometen recursos que podrían destinarse para otros fines).
No reconocer el valor real del tipo de cambio con fines electoralistas –llegar a las elecciones legislativas de octubre de 2025 con la inflación “pisada” por un tipo de cambio artificial– es uno de los factores que, junto con los derechos de exportación, quitan competitividad al sector agrícola, que es el mayor generador de divisas de la economía argentina.
No a la emisión de pesos
Si a la de bonos de todos los colores a tasas estrafalarias.
Fenomenal endeudamiento interno