Sobre la extensa Ruta 40, además de un recorrido muy completo por bodegas, hay también un circuito artesanal conformado hace más de una década, la Ruta del Telar. Se trata de 14 estaciones nucleadas en la provincia de Catamarca, donde el protagonismo lo tiene el trabajo de tejedores que trabajan lana de oveja y fibras de llama y vicuña, pero donde también hay trabajos de ceramistas y mucha oferta gastronómica.
Al igual que muchas otras propuestas turísticas, la Ruta del Telar es un circuito pensado para los visitantes, pero también para promover el desarrollo económico local. Su creación, hace más de una década, apuntó a juntar a esos cientos de artesanos desperdigados por la provincia, visibilizar su trabajo y permitir que puedan vivir de él.
Hoy, es una visita obligada para quienes recorran el norte argentino.
“Proponemos un recorrido para que el visitante pueda vivenciar la singularidad de cada una de las estaciones, porque el paisaje va variando y eso modela los textiles y la cultura de cada zona”, explicó la directora del proyecto, Mariana Arenas.
En particular, el circuito nuclea a 3 grandes regiones de Catamarca. En el departamento de Belén, ubicado en el centro de la provincia, hay 10 estaciones en las que abundan los ponchos, muy característicos de esa zona. Además, particularmente en la localidad de Londres, es muy común ver tejidos de guarda atada o urdimbres amarradas y teñido de reserva.
Si se continúa el trayecto por la Ruta 40, se llega a Santa María y San José, que son 2 estaciones donde ya se ven los trabajos en fibras de vicuña en cantidad y hay una gran oferta de tapices. El final del recorrido es en Antofagasta de La Sierra, la puna catamarqueña propiamente dicha, conocida por la calidad de sus tejidos de llama y oveja.
“Te puedo asegurar que te vas a enamorar en cualquiera de las estaciones y te vas a quedar con ganas de buscar más”, expresó Arenas.
Mirá la entrevista completa con Mariana Arenas:
Al igual que con otros circuitos turísticos y rutas comerciales que hay en el país, además de comprar los productos artesanales. el turista puede conocer de cerca la riqueza cultural y el trabajo detrás de cada pieza. En cada una de las estaciones, se puede conocer de cerca el trabajo con el telar, las técnicas de teñido natural y las tradiciones que se han forjado por décadas.
Actualmente, y hasta el 31 de agosto, parte de ese trabajo también está expuesto en el microcentro porteño. En la planta baja del Palacio Libertad (ex Centro Cultural Kirchner), ubicado en Sarmiento 151, hay una exhibición dedicada a la Ruta del Telar con textiles y cerámicas de varias estaciones a la venta.
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El rol de Mariana es el de establecer el nexo entre el gobierno provincial y ese circuito económico. Eso se visibiliza, de hecho, con el impulso que decidieron darle, hace ya 4 años, desde el Ministerio de Trabajo, Planificación y Recursos Humanos.
El trabajo conjunto implica no sólo la promoción de ese circuito turístico, sino también ciclos de capacitaciones y talleres enfocados en las herramientas de marketing y comercialización, para que cada artesano construya un negocio rentable y pueda vivir de esa actividad de raíces ancestrales.
“Toda la ruta es hermosa, la verdad que trabajar con ellos es apasionante”, observa la funcionaria, que, si tiene que hablar de resultados no duda en poner el pulgar hacia arriba.