Entre el 18 y el 24 de noviembre se celebra a nivel mundial la Semana de la Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos (RAM), durante la cual se busca recordar la urgencia en la adopción de medidas que ayuden a mitigar los efectos de este fenómeno global, cuyo foco está puesto en la capacidad que tienen los microorganismos de generar mecanismos de defensa ante el uso de antibióticos.
Y si bien Organización Mundial de la Salud (OMS) se acuñó el término “Una Salud”, para mostrar que se debe contemplar no solo la salud animal sino también la humana, sin dudas frente a esta problemática las miradas se posan con fuerza en el sector pecuario que debe adoptar con urgencia buenas prácticas de manejo en los establecimientos.
“En Argentina hay muchos grupos trabajando este tema y hay articulación público-privada con líneas de financiamiento. De hecho tenemos una ley sobre el uso responsable de antibióticos, que demuestra que este es un tema a tender. No obstante, creo que estamos un poco atrasados respecto a otras partes del mundo, por lo que es necesario ir a las bases. Con eso me refiero a los productores, a pregonar campo por campo y mostrar el impacto de la RAM en las distintas producciones”, señaló el veterinario Joaquín Basombrio, líder de la línea de Antibióticos y Sanidad Ambiental en Biogénesis Bagó, a Bichos de Campo.
“El fenómeno ha crecido muchísimo en los últimos 20 años y hoy es un tema que ya está en todos lados. Donde lo vemos con mayor fuerza es en producciones intensivas, como las avícolas y las porcinas, donde el uso de antibióticos es mayor. Pero también lo empezamos a identificar en tambos y es algo que está creciendo. Por eso hay que hacer algo y hay que hacerlo ya”, sentenció a continuación.
De esto dan cuenta las estimaciones realizadas por la OMS, que prevén que la RAM podría provocar unas 10 millones de muertes anuales para 2050, superando las cifras actuales de cáncer y otras enfermedades crónicas.
Como si eso fuera poco, datos recolectados por un estudio de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) concluyó, en septiembre de este año, que este fenómeno podría provocar en 2050 pérdidas productivas en el sector ganadero equivalentes a las necesidades de consumo de 746 millones de personas, o más de dos mil millones de personas en un escenario más”. Todo esto sumado a costos de 5,2 billones de dólares por la transmisión de patógenos resistentes del ganado a los seres humanos, y pérdidas anuales del PBI mundial de hasta 1,7 billones de dólares en los próximos años.
“Lo que hay que tener en cuenta es que los antibióticos no están para usarse como preventivos, y tampoco curan. Lo que hacen es eliminar a un microorganismo que nos produce un daño, pero el que cura es el sistema inmune. Un animal que está mal alimentado, que está mal higienizado, que está en un ambiente de estrés, que está en una competencia constante, por más buen antibiótico que reciba difícilmente sane. Y esto tiene un impacto económico: animales enfermos, caída de stocks, repercusiones en el productor y en la sociedad”, explicó Basombrio.
Por tal motivo, consideró que es crucial adoptar buenas prácticas de manejo e higiene en las instalaciones, así como en los animales y en el personal.
“Son varias las medidas a tomar, y la prevención y la vacunación son parte de eso. Hay que usar vacunas de forma responsable que sean de calidad. Pero al evitar enfermedades desde el vamos también evitamos el uso de moléculas farmacológicas. Acá se vuelve necesario que sea un profesional el que determina qué se debe usar, cómo, cuándo y cuánto. Eso de aplicar algo que me quedó de la última campaña no va más”, remarcó el veterinario.
-¿A qué le atribuís la falta de información sobre esta problemática?- le preguntamos.
-Creo que tiene mucho que ver con la idiosincrasia propia de los productores, pero no quiero responsabilizarlos a ellos, al contrario. Me parece que es necesario unificar criterios, y esto lo digo a nivel nacional y a nivel de los laboratorios también. Yo estoy en Biogénesis hace 12 años y si bien el tema ha crecido mucho, también veo mejoras. Hay muchos establecimientos que ya han adoptado las medidas de bioseguridad y creo que es una fortaleza. No creo que haya que virar hacia mensajes alarmistas sino a crear conciencia y a que todos entendamos que hay que actuar.
-En eso se vuelve clave el rol de los laboratorio de producir herramientas útiles sin llegar a situaciones donde se “sobreinunde” el mercado con más y más productos.
-Por supuesto. De hecho en nuestro laboratorio, puntualmente, la parte de antimicrobianos no es la línea de mayor inversión. Es algo quirúrgico lo que se hace. Sí apostamos a contratar profesionales y capacitar constantemente. Además del departamento técnico tenemos un servicio muy fuerte que está a campo todo el tiempo y que van dando charlas en cada pueblo, en cada sociedad rural y eso es sumamente enriquecedor. Nosotros somos conscientes del rol que tenemos fundamental en esto por ser elaboradores.
-Mencionabas la importancia de los diagnósticos pero ciertamente no es fácil un control exhaustivo en producciones intensivas donde tengo cientos de animales. ¿Cómo ves ese panorama?
-Es correcta ahí la preocupación de los productores. En el caso de la avicultura, su particularidad es manejar manejando un número muy grande de animales durante un corto período de tiempo, donde cualquier cambio impacta en todo el galpón. El frente más difícil que tenés de atender es lo rápidas que son estas producciones. Pero todo se basa en la salud, la sanidad, la prevención, en diagnósticos adecuados para evitar que se remita en una próxima camada. Lo de hoy resolvámoslo, pero pensemos de acá para adelante.
Se promulgó la nueva Ley de Prevención y Control de la Resistencia Antimicrobiana
-Todo esto teniendo en cuenta las crecientes demandas de los mercados externos. ¿Ves esa creciente rigurosidad en el comercio internacional?
-Sí, vamos hacia mercados de ese estilo, donde cada vez son más exigentes en cuanto a qué hicimos con los animales, cómo los manejamos. Hoy en algunos lugares te están pidiendo que demuestres las buenas prácticas, la trazabilidad de un animal. Se quiere comprar un lote y te pide la trazabilidad de cierta cantidad de animales con todo lo que le diste durante todo su periodo productivo, entonces ahí entra el productor, ahí entra la industria, ahí entra los organismos oficiales que regulan, y es necesario tener buenos registros. Eso no es fácil porque no somos un país con una idiosincrasia hacia los registros y un cumplimiento de las normas estrictas, pero nos vamos a tener que acostumbrar porque hoy es una demanda para nuestros productos, y prontamente lo va a hacer para los animales.
-¿Esa es la desventaja que reconocías de Argentina respecto a otros países? ¿La cuestión de los registros?
-Exactamente, me refería a eso y también a que Argentina, si bien tomó conciencia como muchos países, tiene una realidad económica hace que no se puedan destinar tantos fondos como si por ahí hace Europa, donde las reducciones del uso de antibióticos y las buenas prácticas tienen unos fondos exorbitantes en comparación con nosotros. Que haya menos fondos hace que nosotros también vayamos más lento.
Quién también se expresó en el marco de esta semana, que tiene como lema “Eduquemos, promovamos, actuemos ahora”, fue la Mesa Argentina de Carne Sustentable (MASC), desde la que indicaron que también es de suma importancia eliminar el uso de antibióticos promotores del crecimiento (APC) en la alimentación animal, estrategia que ha mostrado buenos resultados de acuerdo con estudios publicados en la revista The Lancet.
“El mal uso, el abuso y el sobre uso de agentes ATMs en medicina veterinaria (como pobre adherencia a los tratamientos crónicos, uso como promotores de crecimiento, tratamientos “sabana” profilácticos, uso errático del concepto de metafilaxis, utilización en enfermedades virales, etc.), y medicina humana son conductores que llevan al desarrollo de RAM y que nos enfrenta a las puertas de la ‘era post antibiótica’”, señaló el Dr. Sergio F. Sánchez Bruni, Investigador Principal de CONICET y representante ante la Comisión Nacional contra la Resistencia Antimicrobiana (CoNaCRA).
En esta línea, el veterinario y director de la MASC, Leopoldo Estol, indicó: “La producción de carne libre de APC es esencial para el futuro de nuestra industria y la salud pública global. Hoy, más que nunca, tenemos la oportunidad de adoptar un modelo sostenible en la producción de nuestra carne en mercados locales e internacionales”.