El gobierno anunció días atrás, a la par de nuevas intervenciones sobre le mercado cárnico, una medida largamente reclamada por los grandes frigoríficos exportadores: el trozado de la media res, que sería obligatorio desde el 1 de enero de 2022.
A tono con esta exigencia, la Superintendencia de Riesgos del Trabajo emitió este lunes la resolución 22/2021, la cual corrige una norma previa que había impuesto un peso máximo de 25 kilos a las piezas de carne que podía cargar un trabajador durante el proceso de faena o distribución de la carne vacuna. Eso implicaba forzosamente que no iba a poder continuar por mucho tiempo más la distribución de carne más habitual en el mercado interno, que consiste en bajar las medias reses sobre el hombro. Dependiendo de la edad del animal faenado, una media res puede pesar entre 70 kilos si fuera un ternero muy liviano a unos 120/130 kilos en el caso de un novillo pesado.
En los hechos, la resolución que establecía un peso máximo de 25 kilogramos no entró en vigencia porque fue prorrogada en dos oportunidades. Pero ahora, la resolución 22/2021, además de ajustar el máximo a 32 kilos, determina que la misma entrará en vigencia a partir de mañana martes 20 de abril.
¿Cuál es la explicación? Hubo en el medio un informe de la Dirección de Fiscalización Comercial Agropecuaria del Ministerio de Agricultura que anticipó que el procedimiento que se aplicará al troceo de las medias reses vacunas generará trozos de hasta 32 kilos aproximadamente.
De este modo, las autoridades laborales se pusieron en línea con el proyecto de “modernización comercial” en el sector de ganados y carnes anunciado por el gobierno el jueves pasado, junto con la creación de un registro de exportadores de carne y a la par de una nueva negociación con el Consorcio ABC, la entidad que agrupa a los grandes frigoríficos exportadores, para vender algunos cortes más baratos en el mercado local.
El Consorcio ABC ha sido históricamente el sector de la industria frigorífica que más ha impulsado la prohibición del comercio de carne en medias reses. En su caso, como las plantas exportadoras realizan la despostada (la fragmentación de la media res en cortes), esto les serviría para canalizar ciertas partes del animal que no se pueden exportar hacia el mercado interno.
Pero los frigoríficos exportadores representan solo 30% de la faena de vacunos. Las mayores resistencias a la modificación de las reglas comerciales proviene de los frigoríficos consumeros y de los matarifes, más enfocados en la provisión de carne destinada a los consumidores argentinos. Son ellos los que suelen descargar las medias reses directamente en las carnicerías de barrio. Argumentan que la prohibición del “hombreo” de la media res supondrá mayores costos logísticos y que además demandará inversiones en las plantas de faena donde deberá efectuarse el troceado. El punto más débil, sin embargo, es la cadena de frío.
La resolución de la Superintendencia de Trabajo argumenta que “el fraccionamiento de la media res contribuirá de forma significativa a la disminución de pesos a transporte en forma manual, lo que traerá aparejado mejoras sustantivas en las condiciones de trabajo y en la prevención de trastornos musculoesqueléticos”.
“La presente resolución entrará en vigencia el primer día hábil posterior a su publicación en el Boletín Oficial”, dice la Superintendencia, o sea ¡mañana!, desconociendo que casi nadie hasta aquí había aplicado la anterior exigencia de los 25 kilos, pues las medias reses se siguen descargando, como siemprem al hombro en casi todos los barrios. Tampoco se controla demasiado.
En todo caso, ahora parece estar todo encaminado para que la nueva exigencia se ponga a rodar a partir del año próximo, como aseguró el gobierno la semana pasada.