Este jueves un grupo de productores de Entre Ríos protestó frente a los tribunales de Paraná contra un dictamen del Superior Tribunal de Justicia (STJ) que ratifica la nulidad parcial de un decreto del gobernador de Bordet que reducía las distancias permitidas para las aplicaciones de agroquímicos en torno a escuelas rurales y zonas pobladas. Esto es, ratifica que la prohibición llega a 1000 metros para el uso de mosquitos.
“Entregamos un petitorio a la Justicia ante la grave situación que atraviesan muchos productores con este fallo, que deja 300.000 hectáreas sin poder ser producidas”, dijo a Bichos de Campo Elvio Guía, vicepresidente primero de Federación Agraria Argentina.
La preocupación es grande, según Guía, quién aclaró que “no hablamos solo de sojeros comprometidos sino también de productores de cítricos, de arroz, de nuez pecan, ganaderos chicos y tamberos. Todos ellos quedaron sin seguridad jurídica y sin saber qué hacer con sus campos. Muchos son productores que inclusive perdieron el 100% de su superficie, ya que no pueden aplicar ningún tipo de fitosanitario ni fertilizante”.
Escuchá lo que nos dijo Elvio Guía:
Para el federado, la situación es más compleja “si la miramos desde lo social que desde lo económico, porque hablamos de los pueblos del interior en donde se vive mas que nada de la producción agrícolo- ganadera”.
El director de FAA Entre Ríos consideró que “el productor más complicado es aquel que tiene su producción como forma de vida y no como unidad de negocio. Como modo de ejemplo, 1.700 familias entrerrianas viven pura y exclusivamente de la citricultura, es decir que no tienen otro modo de subsistencia. La Justicia dijo que al decreto de Bordet le habían faltado más pruebas. Por eso evaluaremos cómo seguiremos”.
Guía explicó que “estamos muy cerca de sembrar trigo, con lo cual el malestar con este fallo es aún mayor, porque muchos no podrán producir. Hoy lo demostramos con esta protesta, manifestándonos y visibilizándonos, tras haber sido muy pacientes con la Justicia y con el Gobierno”.
“Quiero decir que estos grupos que están en contra de la producción agropecuaria no son ambientalistas sino fundamentalistas”, subrayó.
Guía relató también que son apoyados por un grupo de maestras nucleadas en la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer): “De las 950 escuelas que tenemos en la provincia, sólo 4 o 5 de ellas han tenido conflictos con un par de productores que lamentablemente no hicieron las cosas bien. Por supuesto que no defendemos a esos productores, porque actuaron de modo irresponsable, pero son los menos”, consideró.
“Nosotros no estamos en contra de la vida y de la salud. Nuestros hijos van a las mismas escuelas. Nuestros abuelos pensaron esas escuelas para generar arraigo y mejores condiciones de vida. Pero este grupo de ambientalistas fundamentalistas, sobre todo un puñado de dirigentes de Agmer más que maestras, dejó a varias escuelas agrotécnicas y hasta al propio INTA sin poder producir en toda la provincia”, agregó.
Y concluyó: “Si se hacen las cosas bien los riesgos se pueden minimizar a cero. Así podríamos hacer aplicaciones de modo responsable, con un regente técnico, con un ingeniero agrónomo que firma la receta, a contra turno y fuera de horario escolar, los feriados, sábados y domingos”, ofreció.
No alcanzo a comprender como con un límite de 1.000 mts a la redonda de cada escuela, para 900 escuelas llegan a la conclusión que dejan de producir 300 mil ha. Más bien serán unas 3 o 4 ha por escuela, lo que deja el campo a trabajar con otras prácticas e insumos más cerca de los 3 mil.
slds
Los productores de soja y maíz transgénicos, son eco-genocidas, y un día serán repudiados por sus propios hijos y nietos. Y juzgados formalmente, pues los crímenes de lesa humanidad no prescriben. Vagos, corruptos.