En el campo de la ingeniería genética, donde todo parece ser posible, es difícil sorprenderse. Pero aún así, algunos hacen el esfuerzo por lograrlo y, en rigor, la empresa de genética agrícola Beam CropTech se lleva las de ganar.
Si perteneciese al mundo de la dermocosmética, podría decirse que esa firma argentina, de apenas 5 años de antigüedad, fabrica protectores solares. Aunque no es estrictamente lo que hace, pues no desarrolla insumos estrictamente. Lo cierto es que se le parece mucho.
Específicamente, la empresa trabaja con la manipulación de un gen específico, mediante el cual controlan el proceso de fotosíntesis y logran que, en vez de quemarse con el sol, la planta aproveche hasta el último rayo para almacenar energía e incrementar el rendimiento.
Esa idea surgió pura y exclusivamente de las investigaciones de su fundador, Carlos Crocco, un doctor en biología que, obsesionado con el proceso de fotosíntesis, se dio cuenta que ese proceso tan lineal que se enseña hasta el hartazgo en el colegio puede ser manipulado.
¿Y de qué modo? Con la misma lógica que emplean los humanos. “Crocco descubrió que si la protección natural que tienen las plantas se activa un poquito antes del pico de mayor radiancia, siguen sintetizando y logran capturar más luz solar”, explicó Valeria Arredondo, que fue quien confió inicialmente en la idea del biólogo y cofundó la empresa con él.
En resumidas cuentas, se trata de activar la protección natural que tiene la planta para que actúe como las cremas o lociones que usamos para cuidarnos de la radiación solar. Y el efecto buscado es el mismo: Poder exponerse sin sufrir daños considerables.
La historia de esta empresa empieza en realidad con un encuentro causal, porque Valeria viene del palo de las Relaciones Internacionales y no había tenido antes contacto con la investigación agrícola, aunque sí guardaba cierto interés por la economía del conocimiento.
“Gracias a un programa de vinculación con emprendedores de la UBA conocí a mi socio, que estaba generando justamente lo que yo estudié toda mi vida, un conocimiento argentino que se puede replicar en todo el mundo”, recordó, en diálogo con Bichos de Campo.
Detrás de cada lanzamiento comercial, hay un largo proceso de trabajo, y en su caso ya lo iniciaron con la papa, soja y maíz. En esos últimos 2 casos, de la mano de una importante multinacional, que hoy se erige como su socio clave y les da la espalda necesaria para proyectos de este tenor.
En paralelo, también trabajan con organismos públicos, como el INTA y CONICET, y con la Universidad de Buenos Aires. Gracias a que su patente está registrada en Estados Unidos, mientras aguardan poder hacerlo aquí, colaboran con otras empresas del extranjero en el perfeccionamiento de la técnica.
La razón, explica Valeria, está en que no es un procedimiento estándar para todos los cultivos, como sí podría serlo el protector solar para las personas. En este caso, si bien saben a ciencia cierta que todas las plantas tienen esa “pantalla” en su adn, deben hallar ese gen particular o su homólogo para manipularlo y activarla a gusto.
“Es como si le dijéramos ´protegete antes´. En la planta se puede activar la fotoprotección natural antes del pico de mayor irradiancia solar y así evitar que, en lugar de bloquearse siga captando y sintetizando la luz”, ilustró.
Mirá la entrevista completa:
El resultado, que ya han confirmado en sus investigaciones preliminares y los primeros ensayos a campo, es que, al tener más energía disponible, la planta mejora su metabolismo y puede no sólo crecer más sino sobreponerse mejor a situaciones de estrés.
“En condiciones de normalidad, nuestras plantas rinden 10 a 16% más, pero si se siembra en estrés hídrico, rinden hasta 25% más que las variedades de control”, aseguró la cofundadora de la empresa, que espera con ansias a que esto llegue a las manos de los productores tras el largo proceso de trabajo.
“Sería muy lindo que un conocimiento generado en Argentina, con una insignia nuestra como lo es el agro y los cultivos extensivos, llegue a todo el mundo. Es lo que estamos intentando hacer”, concluyó.