A mediados del mes pasado, en el marco de la reunión de la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM), las autoridades de Argentina y Uruguay anunciaron la apertura del mercado uruguayo a la carne porcina argentina.
La noticia de la apertura del mercado uruguayo sin dudas que es algo positivo, pero es más mérito de la desgracia de Brasil, por las inundaciones en el sur de ese país y de la necesidad de abastecimiento de Uruguay que de la diplomacia argentina.
“Vamos a exportar carne de cerdo a Uruguay”, dijo a este cronista en esa ocasión el secretario Fernando Vilella ese día, dando por hecho algo que por ahora no se está concretando.
“Dicen que se hizo alguno negocio, pero por ahora no pasó nada porque de por medio está todo el trámite administrativo”, dijo Juan Uccelli, consultor y ex presidente de la Asociación de Productores de Porcinos. Más allá de que haya algunas plantas habilitadas, hay que homologar los cortes entre otras cuestiones.
Eso fue confirmado por empresarios que esperan que la mala situación sectorial se revierta: “Todavía no se exportó nada”, confirmó uno de ellos, que cría, faena y vende carne de cerdo.
Uccelli explicó: “Los precios que pagan los importadores de ese país son muy bajos, los exportadores con esos valores y el dólar actual podrían pagar 850/900 pesos por kilo vivo de capón”. Se trata de un valor muy bajo. Hace pocos meses el consumo interno pagaba 1200/1300 pesos, luego la crisis económico deprimió los valores a los actuales 900/950.
Hoy el mercado local, que está sumamente deprimido, paga mejor que el uruguayo. En esas condiciones las ventas al país vecino serían inviables y tendrían como única función desagotar al mercado local y forzar la suba de los valores de la hacienda, que cayeron mucho más que los de la carne que el supermercadismo vende al consumidor argentino.
“Como están dadas las cosas si se exporta se mandarán recortes o grasa porcina, pero no las pulpas”, es decir los cortes que es a lo que debería apuntar la cadena para agregar valor.
A todo esto y pese a la baja del precio del capón, en términos internacionales el precio sigue caro. “Brasil tiene un valor de 1,35 dólar por kilo, acá es de 1,15 por kilo en gancho. Ellos son más eficientes en la despostada por lo cual los valores se equiparan con la ventaja de que además son super productivos” finalizó Uccelli.