En la Argentina se aplicaron 87 kilos de fertilizantes por cada hectárea sembrada en la campaña 2017/18, según un documento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que remarcó que el consumo de este tipo de insumos creció por segundo año consecutivo, para ubicarse en 2,8 millones de toneladas.
Este promedio de aplicación por hectárea difiere mucho según el cultivo. Dice el trabajo de los economistas de la bolsa porteña que “las gramíneas, con excepción del sorgo, fueron las que presentaron el aporte más alto de fertilizante por hectárea sembrada”.
Dentro de ese subgrupo, la cebada ha sido el cultivo que mayor aporte de fertilizantes recibió por unidad de superficie, en especial por los lotes del sur bonaerense destinados a producirla para las malterías. En promedio, cada hectárea de cebada recibió 229 kilos de fertilizantes.
En el otro extremo, se confirmó que la soja es el cultivo sobre el que los productores aplican menos esta tecnología de reposición de nutrientes minerales, con solo 38 kilos promedio por hectárea.
Según el informe del ReTAA (Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada), “el consumo de fertilizantes creció por segundo año consecutivo, pese a la sequía en la campaña gruesa”. El trabajo determinó 2,8 millones de toneladas de consumo sobre cultivos extensivos. “Las gramíneas, fundamentalmente trigo y maíz, representaron el mayor consumo de fertilizantes: con un valor de 73% el aporte se mantuvo estable en relación al ciclo previo”, señaló el informe.
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Las cifras de consumo dadas a conocer en este cálculo difieren significativamente de las que hacia fin de año dio a conocer la Asociación Civil Fertilizar, que habló de haber superado por primera vez unas 4 millones de toneladas de fertilizantes vendidas. Pero en este caso están limitadas a los cultivos agrícolas extensivos.
Bichos de Campo realizó un programa especial sobre este asunto:
Donde sí hay bastante coincidencia es que los productores argentinos estudian bastante poco el estado de sus suelos, para determinar qué nutrientes hacen falta y establecer así un programa inteligente de fertilización. El trabajo de la Bolsa de Cereales, en ese sentido, explicó que “el muestreo de suelos es una práctica poco extendida en la Argentina. Si se consideran los cultivos bajo estudio, sólo un 16% de los productores fertilizó en función de los resultados obtenidos de un análisis de suelo”.
Como consuelo, se añadió que ese porcentaje creció del 10 al 16% desde que se realiza esta medición, es decir la campaña 2014/15.
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