Apremiado por sus necesidades financieras el gobierno anunciará, a través del ministro de Economía, Sergio Massa, una tercera versión del dólar soja
En esta oportunidad el tipo de cambio para quienes tengan soja (productores, acopios, exportadores) se establecería cerca de los 300 pesos, lo que significa una mejora del 50% respecto deldólar oficial, y mucho mayor si se toman en cuenta el tipo de cambio efectivo que contempla los derechos de exportación de 33%.
El que venda soja (si todavía tiene soja vieja en su poder o adelanta las ventas de la soja recién cosechada) mejorará sus ingresos, pero múltiples actividades productivas ya castigadas por la seca y la inflación se verán afectadas.
Entre ellas se destaca la lechería que desde hace tiempo tiene a la mayor parte de los tambos produciendo por debajo de los costos, sin poder retribuir la inversión al capital, y este año además con niveles de productividad por vaca más bajos, y con forrajes y suplementos en alza. En realidad aumentó todo, la energía, salarios, rollos, el maíz y ahora el pellet de soja pegaría un nuevo salto.
Al no haber rollos ni forrajes, los tamberos no pueden evitar el uso de este producto, por eso los tamberos ya encendieron las alarmas.
El productor y ex presidente de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe, Fernando Córdoba, estimó que “calculando un valor actual (por tonelada de soja) de 90/95 mil pesos, que pasaría a 115.000 pesos, incrementa el costo en 20%/25% y esto haría a la lechería inviable”.
Córdoba agregó que, debido a la sequía, “los silos son de mala calidad, el maíz cosechado no rindió más de 2.500 kilos cuando se cosechaban 10.000. Ese alimento que va a faltar significará más costos y menos producción”, marcó.
El productor dijo que la oferta de leche va a caer más de lo que estimó el OCLA (Observatorio Lácteo), que calculó una baja de 5% luego de consultar a la industria. “Creo que la caída no será menos al 8%. No va a faltar leche para el mercado interno, pero sí para la exportación, lo que significa menos ingresos a la cadena”.
Córdoba agregó que, según trascendidos, el gobierno estaría analizando el pago de una cuota más del programa Impulso Tambero para compensar esta suba de costos. “No es la solución, pero ayuda”, reconoció.
Con respecto a esta medida también opinó Marisa Boschetti, tambera cordobesa y dirigente de Federación Agraria Argentina, quien dijo que la medida responde únicamente a los intereses del gobierno y que para muchos productores, especialmente chicos “es el tiro de gracia, ya que desde hace tiempo están tecleando y con esto y la seca que encarece todo no podrán seguir en la actividad”.
La propia FAA emitió un duro comunicado en contra del dólar soja 3. “Nosotros preferimos denominarlo ‘otro episodio de una perversa saga de terror’, ya que mejorar el tipod e cambio solo para la oleaginosa “sería un completo y absoluto error. Liso y llano. Una equivocación imperdonable”, juzgaron en dicha entidad.
“Lo dijimos mil veces, y lo reiteramos una más, porque parece que el interlocutor no lo entiende (¿o sí, y sigue eligiendo castigarnos?). Se trata de una medida que nos afecta a todos los productores, en especial a los pequeños y medianos, que nos impacta de lleno en la línea de flotación, en medio de los tremendos efectos de diversas inclemencias climáticas (sequía histórica, granizadas y heladas) que no sólo no pudimos resolver aún, sino que todavía no se efectivizó casi ninguna de las medidas de apoyo que anunció (y también más de una vez) el gobierno”, prosigue el comunicado de los federados.
La Federación Agraria, que viene anunciando una marcha a Buenos Aires pero todavía le cuesta ponerle fecha, consideró que “seguramente haya amigos del poder que ganen con esta medida. Y el mismo Estado pueda aliviarse con algunos dólares. Pero todo esto es a costa nuestra. Porque no sólo no tenemos dólares ni producción para vender para beneficiarnos, sino que esta medida distorsionaría todo el escenario en el que sobrevivimos quienes producimos”.
Según esta mirada, la suba artificial de la soja “provocaría subas en los arriendos, en los precios de los alimentos y fertilizantes. Complicaría así a pequeños ganaderos, tamberos, agricultores tradicionales, agricultores familiares, y a todos los productores de las economías regionales”.