El gobierno central chino, liderado por Xi Jinping, hace años que se viene preparando para hacer frente a la “guerra comercial total” emprendida en este 2025 por el presidente de EE.UU. Donald Trump.
Así lo releva un informe del USDA, el cual señala que, a pesar de las dificultades económicas que atraviesa la economía de la nación asiática, el gobierno destina enormes recursos para intentar reducir las importaciones de productos agroindustriales y promover el crecimiento de la oferta interna.
La demanda de cereales forrajeros en China permanece estancada en China. El informe del USDA proyecta que en 2025/26 regresaría a los niveles presentes en 2023/24, lo que indica –entre otras muchas variables– que la economía ya no se encuentra en una fase de crecimiento.
En ese marco, las importaciones de cereales forrajeros se derrumbaron en los últimos dos años, lo que luce inquietante porque China no tiene ya superficie para incrementar por esa vía la producción local de granos.
“Fuentes del sector han informado de que Pekín ha estado limitando las importaciones de granos desde abril de 2024 mediante la implementación de diversas barreras, como el retraso de los despachos aduaneros y la postergación de la emisión de permisos de importación en el marco de cuotas con preferencias arancelarias”, indica el informe.
“En el año 2024 las operaciones de reserva de granos en todos los niveles (federal y provincial) aumentaron las compras de granos de origen nacional para proteger los ingresos de los agricultores; las estimaciones de la industria local indican que el gobierno compró hasta 12 millones de toneladas de maíz 2023/24, hasta 35 millones de maíz 2024/25 y al menos 10 millones de trigo 2024/25”, añade.
El dato clave es que la producción agrícola china viene creciendo de manera sostenida gracias a la incorporación masiva de tecnología y la promoción de economías de escala en el ámbito rural. Y todo financiado con cuantiosos subsidios. “Algunos contactos del sector prevén que el rendimiento del maíz de China en la campaña 2025/26 aumentará aproximadamente un 5% y la autosuficiencia de la soja alcanzará el 25%”, remarca el USDA.
Además de promover la existencia de empresas con modelos de escala más parecidos a los presentes en grandes naciones agrícolas occidentales, el gobierno está realizando una introducción masiva de cultivares e híbridos con mejoras genéticas y eventos biotecnológicos.
“Fuentes de la industria estiman que la cantidad de superficie sembrada con semillas con eventos biotecnológicos en 2024/25 alcanzó el millón de hectáreas, de los cuales la mayor parte (73%) corresponde al maíz y el resto a soja. Un contacto de la industria pronostica que el área total de maíz y soja transgénicos alcanzará entre 2,7 y 3,3 millones de hectáreas en 2025/26”, apunta el documento.
“Dado que los precios de la harina de soja se dispararon casi un 30% en el primer trimestre de 2025, muchas fábricas de balanceados informaron haber optado por maíz de alto contenido proteico para abastecerse. Las noticias oficiales chinas informaron que, para reducir la dependencia de fuentes extranjeras, el país ha estado promoviendo variedades de maíz de alto contenido proteico con un contenido promedio del 10%”, agrega.
Si bien China, por la enorme población que tiene –más de 1400 millones de habitantes–, no puede prescindir de las importaciones de granos, está claro que viene realizando un esfuerzo gigantesco para reducir la dependencia de fuentes externas.
Por otra parte, tal como se evidencia en el caso del maíz, también viene promoviendo una reducción progresiva de las importaciones estadounidenses de granos para evitar disrupciones logísticas ante una situación como la registrada este año con la “guerra comercial” de Trump.