Por Nicolás Razzetti.-
En la reunión que el presidente Mauricio Macri mantuvo esta semana con la Mesa de las Carnes se volvió a hablar del histórico problema del comercio de cueros.
Los frigoríficos pidieron que se les habilite un cupo de 2 millones de cueros salados para poder exportar, con el objetivo de compensar la caída de sus ingresos por los menores valores del producto y además poner en evidencia el perjuicio que sufren por tener prohibido el acceso a los mercados internacionales y deber vender las piezas al valor que les fijan en el mercado doméstico las curtiembres. Esos 2 millones de cueros representan cerca del 15% de la oferta total, ya que la faena de bovinos supera las 12 millones de cabezas al año.
Hace poco más de dos décadas se decidió proteger a sectores de la industria como la marroquinería y la producción de calzados, para que accedan a cueros baratos. Pero la parte del león se la llevaron siempre las curtiembres, que a partir de ese régimen de protección pueden decidir el precio de compra y el de venta.
Esa protección significó una histórica pérdida de ingresos para los frigoríficos, lo que implica a la vez una reducción de su poder de compra y en definitiva de los precios ganaderos. Este cuadro del Consorcio ABC muestra esa distorsión, pues refleja las fuertes diferencias que existen entre el valor local de los cueros bovinos y el que se registra en el mercado internacional, con base en estados Unidos.
El mecanismo en cuestión que se busca desactivar consiste en el cobro de retenciones adicionales a la exportación de cueros sin curtir (los salados, que salen de los frigoríficos, ingresan en dicha categoría). Esto impide a los frigoríficos acceder directamente a los mercados internacionales. Y así las plantas de faena deben “morir” en las curtiembres locales, que por ser las únicas demandantes pueden ponen el precio que les conviene.
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“El régimen en cuestión fue derogado por decreto, pero sin embargo se sigue aplicando y deja la industria cautiva. Se lo planteamos al presidente y esperamos que en los próximos días haya novedades. Si no deberemos recurrir a la justicia”, advirtió Mario Ravettino, presidente del Consorcio ABC.
El industrial explicó que por ahora se presentó un “reclamo que consiste en pedirle al Estado que aplique el régimen que corresponde, y si no se corrige no nos quedará otra que ir a Justicia contra la Aduana”, advirtió.
Cuando el precio internacional del cuero era alto, el impacto del descuento que imponían las curtiembres no causaba tanto daño, pero ahora que el valor del cuero viene en picada a nivel mundial (se lo reemplaza sobre todo en la industria automotriz por otros insumos para el tapizado), el problema se agrava porque se siente en los ingresos particularmente de las empresas que brindan el servicio de faena.
Actualmente el valor del cuero, de acuerdo a lo que informan diferentes cámaras frigoríficas, ronda los $8 a $10 por kilo dependiendo del tipo de animal (vaca conserva, vaca buena, hacienda liviana o novillo), cuando la cotización en el mercado mundial es de 2 dólares por kilo. Significa que los frigoríficos reciben apenas el 25% del precio internacional.
Como para no chillar.