El productor Santiago del Solar, ex jefe de Gabinete del Ministerio de Agroindustria del macrismo y actual integrante de la Comisión de Granos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), expresó perplejidad y preocupación luego de que Bichos de Campo difundiera la cifra exacta de hectáreas sembradas con la variedad del trigo transgénico HB4 en todo el país. En total son 55 mil hectáreas, que serán cosechadas cuando llegue el verano y dejarían un volumen cercano a 250 mil toneladas, a un rinde estimado de 45 quintales.
“Semejante volumen de trigo alcanzaría para sembrar 2,5 millones de hectáreas con dicha variedad, que es algo menos de la mitad de la superficie argentina. Pero ese trigo todavía no está autorizado en el país y es rechazado por nuestros compradores”, advirtió Del Solar, que siempre ha sido crítico de la introducción del trigo transgénico por el peligro que implicaría para conservar los mercados que tiene abiertos la Argentina. El mayor temor de la Comisión de Granos de la Rural es que haya una mezcla accidental con partidas de trigo convencional.
El ex funcionario de Cambiemos fue más allá y estableció que el riesgo de que aparezcan trazas de este trigo modificado es mayúsculo, porque en un kilo de entran 27 mil granos del cereal (cada 1000 granos pesan cerca de 36 gramos). Y en cada camión van 29 mil kilos.
“El riesgo no debe medirse en kilos sino en cada grano de trigo, porque cada grano es en si mismo es potencial presencia del gen HB4. Y son muchos productores. Cualquiera de ellos puede cometer un pequeño error involuntario, que no limpió bien el camión o la cosechadora, y esa semilla se mezcló con otra. Toda esa propagación involuntaria se puede dar, y cada granito es potencial causante de un problema”, explicó.
Del último balance presentado por Bioceres, la compañía argentina que desarrolló este trigo HB4, tolerante a la sequía y resistente al herbicida glufosinato de amonio, surgió que 225 productores sembraron -bajo estrictas cláusulas de bioseguridad- en total 55.000 hectáreas con el trigo HB4. Es decir que hubo un crecimiento sustancial de la superficie respecto de las 7.000 hectáreas que habían sido implantadas en 2020.
En la Comisión de Semillas de la SRA se analizó el asunto y se estableció que el riesgo de contaminación cruzada no debe ser minimizado. Del Solar explicó que Bioceres firmó con cada uno de los productores un contrato que incluye un “Plan de Stewardship” (custodia) o de uso responsable de la tecnología HB4 para evitar fugas del sistema. La Conabia y el INASE dieron su visto bueno y se supone que están a cargo de los controles de bioseguridad correspondientes.
“¿Quién se hace cargo si esto falla? ¿Qué plan de control hay? Y si falla el control, ¿qué plan de contingencia se aplicará?” Preguntas de ese tenor son las que formuló Del Solar, que cuando era funcionario del ex ministro Luis Miguel Etchevehere rechazó aprobar el trigo HB4. El evento, sin embargo, fue aprobado con condicionamientos por el nuevo ministro Luis Basterra, luego de recibir el visto bueno del Senasa y de la Conabia.
Ese condicionamiento tiene que ver con la aprobación también del trigo HB4 en Brasil, que todavía está pendiente. es decir que la siembra se habilitará recién acá cuando sea aprobado allá también. La Comisión Nacional de Biotecnología (CNTBio) estuvo apunto de analizar el expediente en su reunión de mayo pasado, pero reclamó alguna documentación adicional. Ahora se espera el tratamiento en la reunión de octubre próximo.
“Nosotros estamos a favor de la tecnología y la innovación. Pero este tipo de trigo transgénico no ha sido aprobado por nuestros competidores y tampoco alcanza con que lo apruebe solo Brasil. La Argentina exporta 13 o 14 millones de toneladas de trigo y Brasil a lo sumo nos compra 5 millones. El resto va hacia muchos países”, argumentó Del Solar.
El productor añadió que, incluso aunque las autoridades brasileñas den su visto bueno al nuevo cultivo modificado, “el consumidor siempre es el que manda”. En ese sentido, consideró que la comunidad brasileña rechaza el uso de transgénicos en trigo y que por lo tanto el posible hallazgo de trazas del HB4 en envíos a ese país puede terminar siendo “la excusa perfecta” para que Brasil elimine el Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur para poder importar trigo sin aranceles de otros orígenes.
Argentina ya suma un total de 78.000 hectáreas sembradas con cultivos HB4 tolerantes a sequía