OpenAI, empresa estadounidense dedicada a diseñar sistemas de inteligencia artificial, está desarrollando un “chat” orientado a responder preguntas complejas de manera sencilla y clara.
El modelo, denominado ChatGPT, está siendo “entrenado” con grandes cantidades de datos recolectados de Internet, incluyendo conversaciones informales, para que las respuestas, justamente, parezcan lo más humanas posibles.
El sistema, que está en fase de prueba, está diseñado para dar respuestas razonables a partir de una cantidad gigantesca de datos referidos al tema, que pueden provenir de fuentes tan diversas como artículos científicos, libros, notas periodísticas e intercambios realizados en redes sociales.
La “inteligencia” del modelo, por lo tanto, está en el diseño de los algoritmos que, frente a consultas con múltiples respuestas posibles, pondera aquellas más relevantes para luego combinarlas en un texto legible para un humano.
Para probar la efectividad de la herramienta, en Bichos de Campo decidimos hacerle una pregunta simple pero relevante para el sector agropecuario argentino: ¿es razonable restringir la exportación de productos agropecuarios para contener la inflación en alimentos?
“Restringir la exportación de productos agrícolas puede ser una forma de tratar de controlar la inflación en los precios de los alimentos, pero no siempre es un enfoque razonable o efectivo”, respondió ChatGPT.
El sistema de “inteligencia artificial” indicó que hay varios factores por considerar cuando se evalúa el uso de restricciones a la exportación como una herramienta para abordar la inflación de alimentos, entre los cuales se incluyen los siguientes:
“Impacto en la disponibilidad nacional de alimentos: Restringir la exportación de productos agrícolas puede conducir a un aumento en la oferta de esos productos dentro del mercado interno, lo que puede ayudar a reducir los precios de los alimentos. Sin embargo, si el mercado interno no puede absorber el aumento de la oferta, podría generarse un exceso de oferta que produzca precios potencialmente más bajos para los agricultores, lo que puede no ser sostenible a largo plazo”. Es decir: más que inteligencia artificial, puro sentido común.
“Impacto en los mercados internacionales de alimentos: la restricción de las exportaciones también puede tener un impacto negativo en los mercados internacionales de alimentos, ya que puede interrumpir el comercio mundial de alimentos y provocar fluctuaciones de precios o escasez en otros países que dependen de esas exportaciones. Esto puede tener consecuencias negativas tanto para los productores como para los consumidores de esos países”. El ChatGPT se muestra solidario con los consumidores de los países importadores de productos agropecuarios. Pero, ¿y la respuesta a la pregunta que hicimos?
Al respecto, ChatGPT nos recomienda tomar “enfoques alternativos” para bajar la inflación, que “pueden ser más efectivos para abordar la inflación de los alimentos, como aumentar la producción nacional, mejorar la infraestructura de almacenamiento y transporte e implementar controles de precios”. Con mucha elegancia, ChatGPT asegura que es un error imponer cepos a las exportaciones, pero, por otra parte, nos menciona la posibilidad de imponer precios máximos a los alimentos.
“Puede ser más beneficioso considerar estas alternativas en lugar de depender únicamente de las restricciones a la exportación. En resumen, si bien las restricciones a la exportación pueden ser una herramienta para tratar de controlar la inflación alimentaria, también pueden tener impactos negativos y es posible que no siempre sean el enfoque más efectivo. Es importante considerar cuidadosamente las posibles consecuencias antes de implementar tales medidas”, resume ChatGPT, lo que muestra claramente cuál es claramente su “opinión” sobre el tema.
¿Sabias que funciona igual de bien, si le hablas en español?
Nos salió de izquierda de la AI. Tan inteligente no es jaja
es artificial pero es Inteligencia a prueba de especuladores y garcas que ven ganancias en el hambre de su propio pueblo.