Por Matías Longoni (@matiaslongoni).-
Lo del “primer feedlot socialista” es una broma, una forma irónica de denominar esta experiencia de convivencia y trabajo conjunto, y un recurso periodístico de baja estofa para que usted esté leyendo ahora esta nota. Hecha la aclaración , en realidad este establecimiento de engorde que funciona en la localidad de Río Colorado, en Río Negro, es “el primer feedlot comunitario” de la Argentina. Que tampoco es poca cosa.
Cuenta el agrónomo Santiago Villalba, delegado del Ministerio de la Producción rionegrino en aquella zona, que la idea nació durante los largos años de sequía sufridos por la región patagónica durante la década pasada. En Pichi Mahuida, que no es la maestra de la tele sino un departamento provincial recostado sobre el Río Colorado, en el límite con La Pampa, el fenómeno fue tan dramático que la cantidad de vientres bovinos se redujo de 100 mil a solo 30 mil en muy poco tiempo.
En aquel momento, 2008 y alrededores, intentaron de todo para evitar el desmadre de la ganadería en los frágiles campos de secano, que apenas tenían pasto. Impulsaron el destete precoz, repartieron maíz, entregaron créditos muy baratos con tasa subsidiada. Pero nada alcanzaba para retener stock en la región. “Las vacas se vendían a solo 200 pesos”, recuerda Villalba. Por ese entonces, el ingreso por esa vaca equivalía a cargar el tanque de la chata con gasoil.
Entonces apareció la idea del “encierre comunitario” entre los productores de la Sociedad Rural de Río Colorado. Uno de ellos donó 20 hectáreas de campo o “monte crudo”, como lo denominó Santiago. Hubo que “pelarlo” y comenzar a levantar la infraestructura necesaria. Que un corral por aquí; que un comedero por allá. “Se fue armando a cuentagotas”, describe el agrónomo.
El engorde socialista se puso totalmente en marcha en 2013, con un aporte de 1,5 millones de pesos del gobierno Nacional, que sirvió para comprar el primer alimento, y otros de 750 mil pesos del gobierno provincial, que alcanzó para adquirir un mixer y un tractor.
Curiosamente en la zona se lo conoce como “El Chancho”, porque está ubicado al lado de una suerte de monumento de dudoso gusto que muestra el perfil de un jabalí de los que suelen cazarse en la zona.
“La idea es que el engorde sea una herramienta para atenuar los inconvenientes climáticos y darle sustentabilidad a toda la región”, define Villalba. En principio, los productores enviaban allí a sus terneros destetados para que las vacas pudieran tener más chance de sobrevivir sobre los campos secos.
Pero a partir de 2013, cuando se extendió hacia esa zona al área libre de aftosa sin vacunación, el feedlot cobró un sentido mucho más amplio, porque ya no tenía sentido económico mandar los terneros hacia el norte del Río Colorado y comenzó a ser rentable terminar los animales localmente para proveer de carne con hueso a la Región Patagonica. “Ante se vendía el 95% de los terneros. Se iban unos 150 mil terneros hacia el norte”, rememora Villalba.
El establecimiento comunitario es administrado por la propia Sociedad Rural de Río Colorado y tiene actualmente una capacidad de engorde para 2.000 animales, aunque también conserva las chances de duplicar esa capacidad, pues ocupa solo 10 de las 20 hectáreas de las que dispone.
El sistema tiene una particularidad, pues la propia Rural decidió financiar todos los costos de alimentos y sanidad para el engorde de los animales y recién le cobra al productor por el servicio de hotelería cuando éste retira los gordos y concreta la operación comercial.
En total, 160 ganaderos ya han enviado animales al feedlot comunitario: aunque parecen grandes latifundistas porque manejan superficies cercanas a 2.500 hectáreas, en realidad son pequeños productores que pueden mantener con esa superficie apenas unas 200 vacas de cría y no mucho más, si no quieren degragar esos campos tan frágiles.