Las exportaciones de carne vacuna de mayo cayeron a 67.000 toneladas res con hueso, lo que significó una baja respecto del mismo mes del año pasado de 20%, En relación a abril pasado la caída fue de 6%, aunque entonces los embarques del sector frigorífico ya habían sido reducidos.
En el acumulado del año el balance sigue siendo positivo gracias al fuerte incremento que tuvieron los embarques en los primeros meses de 2024, un poco por la mejora de la competitividad cambiaria tras la devaluación de diciembre y otro poco por la continua e intensa demanda china.
Entre enero y mayo se embarcaron 262.767 toneladas, 12% más que en los primeros 5 meses del año pasado. Pero la facturación bajó casi 1% debido a que el precio promedio de cada tonelada se redujo a 4.338 dólares. La reducción en este item fue de 10,4%.
Cuando asumió la presidencia Javier Milei emitió un decreto en el que estableció que se prohibía prohibir exportaciones, lo que fue motivo de gran alivio en el sector que sufrió durante los gobiernos de Néstor, Cristina y Alberto restricciones de todo tipo en el acceso a los mercados internacionales.
Lo que no se aseguró en ese decreto es que se fueran a dar las condiciones de competitividad necesarias para que se pudiera acceder a los mercados internacionales con productos como la carne vacuna. Así las cosas, a la caída del precio que paga China se suman los problemas internos en materia cambiaria, y por eso las dificultades son crecientes y las exportaciones cada vez menos.
En el caso de las ventas a China hay que destacar que su participación en el total de las exportaciones cárnicas en mayo se redujo a 69%, luego de tocar picos de 80% meses atrás.
Entre la caída del valor que se paga por tonelada vendida, que se achicó 25% internanual, y los problemas de competitividad internos (entre los que se pueden mencionar la suba de costos y el atraso del tipo de cambio respecto de la inflación), a muchos el negocio de embarcar carne hacia el mercado asiático se les volvió inviable. Por eso dejaron de hacer ventas y al mismo tiempo comenzaron a buscar otros destinos.
Lo que recuperó posiciones fue el consumo interno, que recibió más oferta de carne. Así el promedio ponderado en mayo llegó a 50 kilos por habitante y por año, según lo que informa la Secretaría de Bioeconomía. El dato surge de restar a las 266 mil toneladas producidas las exportaciones antes mencionadas.
En estas condiciones, con baja competitividad exportadora que obliga a vender más carne en un mercado interno muy dañado por la crisis, y teniendo en cuenta que entramos en los meses de más oferta de ganado procedente de los feedlot, las posibilidades de subas en el precio de la hacienda se siguen acotando.