Con la incertidumbre presente sobre el número final de la cosecha argentina de maíz tardío –producto del impacto del Spiroplasma– la brecha de precios entre los contratos Maíz Rosario Abril 2024 y Julio 2024 del Matba Rofex es actualmente del orden del 1,0% cuando en las últimas semanas superaba el 5%.
En el ámbito agrícola argentino la gran duda es que podría llegar a suceder con los precios del cereal cuando la cosecha de maíz tardío empiece a ser recolectada hacia mediados del presente año.
En términos generales, vale recordar que el segundo exportador mundial de maíz y vecino de la Argentina, es decir, Brasil, está virtualmente retirado del mercado de exportación, pero a partir de julio –más allá de lo que suceda con la cosecha– comenzará a realizar embarques de maíz en volúmenes considerables.
En lo que respecta a la demanda, el gobierno chino está interviniendo el mercado interno del cereal –con grandes compras estatales–, lo que introduce un factor bajista que eventualmente podría intensificarse en los próximos meses.
En el ámbito interno, la gran cuestión por resolver es qué sucederá con la gestión de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) de maíz, lo cual dependerá de la decisión final que tome al respecto el ministro de Economía Luis Caputo.
Vale recordar que en diciembre de 2022 el gobierno anterior procedió a habilitar la posibilidad de trasladar los permisos de exportación de maíz 2021/22 a la campaña 2022/23. En marzo de 2023 volvió prorrogar por 180 días más las DJVE de maíz con período de embarque comprendido entre el 1 de marzo de 2023 y el 31 de julio de 2023. Y a fines de julio procedió a extender nuevamente por 240 días corridos a las DJVE de maíz con vencimiento del embarque para el período comprendido entre el 24 de julio y el 30 de septiembre de 2023.
En los hechos, con las sucesivas prórrogas de las DJVE es factible que las compras de maíz realizadas en el ciclo comercial anterior puedan usarse en el siguiente, lo que implica que los exportadores pueden concretar embarques con mayor facilidad al no tener la obligación de que los mismos sólo puedan hacerse con partidas de la campaña en curso.
Hasta la fecha, la prórrogas de las DJVE de maíz vencen a fines de mayo próximo, lo que implica que, si no son extendidas, los exportadores deberían originar cereal 2023/24 para cumplir con los embarques programados de la presente campaña comercial.
Esa exigencia sería por demás titánica, dado que las DJVE registradas hasta el momento de maíz 2023/24 suman 22,6 millones de toneladas, mientras que las compras declaradas al 27 de marzo pasado (último dato oficial) son de “apenas” 14,7 millones de toneladas.
Es decir: para poder cumplir con los embarques programados con partidas de la presente campaña los exportadores deberían salir a comprar grandes cantidades de maíz a partir del segundo semestre del año, siempre y cuando, claro, no se prorroguen una vez más las DJVE de maíz (como ya se hizo con el trigo a principios de este año).
En resumen: los factores internacionales –sin considerar sucesos geopolíticos disruptivos o golpes financieros– y locales que intervienen en el sistema de formación de precios del maíz tardío son tan complejos que el número final de producción del mismo pasa a ser un dato con una relevancia limitada.