A la fecha los exportadores argentinos declararon embarques de maíz 2023/24 por 5,55 millones de toneladas, al tiempo que las registraciones de exportaciones de poroto y harina de soja de la nueva campaña suman apenas unos lánguidos 380.000 y 356.000 toneladas respectivamente.
La contrapartida de la bajísima declaración de embarques de productos del complejo sojero es una también bajísima venta anticipada de poroto por parte de los productores argentinos: el último dato oficial, correspondiente al 8 de noviembre, indica que las ventas de soja 2023/24 eran de apenas 1,48 millones de toneladas, de las cuales 1,18 corresponden a operaciones con precio abierto (“a fijar”).
En el caso del maíz, si bien las ventas anticipadas de la campaña 2023/24 también son pobres –3,59 millones de toneladas–, la situación es diferente debido a una intervención implementada un año atrás por el gobierno nacional.
En diciembre de 2022 el gobierno procedió a habilitar la posibilidad de trasladar los permisos de exportación de maíz 2021/22 a la campaña 2022/23. Y en marzo de este año, por medio de una nueva resolución, volvió prorrogar por 180 días más las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) de maíz con período de embarque comprendido entre el 1 de marzo de 2023 y el 31 de julio de 2023.
A fines de julio pasado, a través de la resolución 1631/2023, procedió a prorrogar nuevamente por 240 días corridos a las DJVE de maíz con vencimiento del embarque y/o de la prórroga automática para el período comprendido entre el 24 de julio y el 30 de septiembre de 2023.
En circunstancias normales, los embarques declarados de maíz de una campaña solamente pueden realizarse con compras de cereal correspondientes a esa misma campaña.
Pero con las sucesivas prórrogas de las DJVE es factible que las compras de maíz realizadas en el ciclo comercial anterior puedan usarse en el siguiente, lo que implica, al final del día, que los exportadores se encuentran “comprados” en el cereal.
Como esa posibilidad no está implementada en el caso de la soja 2023/24, los exportadores deben ir calzando las compras con las ventas para evitar asumir compromisos comerciales que luego no puedan eventualmente cumplirse.
Los DJVE de soja 2022/23 sí habían sido “flexibilizados” en el marco de la vigencia de los sucesivos regímenes del “dólar soja”, pero no es el caso –hasta el momento– del poroto que se está sembrando en la actualidad para comenzar a cosecharse en abril del año que viene.
La soja argentina ganó 200.000 hectáreas que resignó el maíz temprano por falta de humedad