Al veterinario Oscar Jensen nos lo encontramos en la plaza central de Santa María, la localidad catamarqueña enclavada en plenos valles Calchaquíes. Se disponía a volver a su chacra en Chubut, a 2.000 kilómetros de distancia de allí. Tanta distancia, sin embargo, parecía no pesarle, ya sea por la belleza de los paisajes, ya sea por el motivo que lo había llevado hasta allí: colocar la primera vacuna en esa provincia contra la hidatidosis, la temible enfermedad que afecta a muchos pobladores de zonas rurales que conviven con perros, ovejas o cabras.
Sucedió esa primera vacunación en la localidad de San Antonio del Cajón. donde Jensen brindó una capacitación a productores de la zona y fue recibido por Gustavo Roldán, del ministerio de Desarrollo Productivo de Catamarca. Jensen, que trabajó muchos años en el INTA es toda una eminencia en la lucha contra esta enfermedad en el país. Actualmente está jubilado y disfruta (o padece) de su chacra patagónica, pero su compromiso con la posibilidad de erradicar esta zoonosis no afloja.
La hidatidosis, causada por Echinococcus granulosus, es una enfermedad parasitaria que se manifiesta con la formación de quistes en órganos como hígado y pulmones tras la ingestión de huevos del parásito. Los perros actúan como hospedadores definitivos, eliminando huevos en sus heces, mientras que los ovinos, al pastar en zonas contaminadas, se convierten en hospedadores intermediarios, desarrollando los quistes. Luego pasa a los humanos. La prevención se centra en romper el ciclo de transmisión, mediante el control de perros, la educación sanitaria y el manejo de la faena para evitar que los perros consuman vísceras parasitadas.
Mirá la entrevista:
“Esta es la única vacuna en el mundo y se la aplicamos a las cabras y a las ovejas de un puesto de esa zona”, expresó Jensen tras cumplir con esa tarea. En octubre de 2022, el propio Jensen había participado en la provincia de Salta de la primera inoculación con la vacuna preventiva Tecnovax providean Hidatec EG95, la primera de su tipo. Pese a que podría aflojar, no se cansa.
-¿Cuántos kilómetros hiciste hasta Santa María de Catamarca?
-De la puerta de mi casa allá en Chubut hasta acá son 2.600 kilómetros. Algún tramo, pero no mucho, lo hicimos por la Ruta 40.
-Ahora volvés y habrás hecho 5.000 kilómetros solo para colocar una vacuna…
-Entre las medidas estrictamente de control que tenemos en hidatidosis, tenemos el control de la faena, no darle las achuras, el hígado y el pulmón, especialmente al perro. La otra que tenemos disponible es el antiparasitario, le damos la pastillita al perro y matamos al parásito. Y la tercera herramienta de control, no de prevención, no de vigilancia, de control, que es cuando realmente rompemos el ciclo, es desde hace unos 10 años que disponemos de una vacuna.
Jensen explicó a Bichos de Campo que la hidatidosis es una enfermedad que “nos afecta a todos nosotros, al hombre, especialmente a nuestros chicos en el campo y en los pueblos que están cercanos al campo. Nos produce unos quistes hidratídicos en nuestros pulmones, en nuestros hígados, que son como una bolsa de agua que va creciendo. Es una enfermedad muy silenciosa, entonces no nos damos cuenta. Pero una vez que explota provoca dolores, provoca trastornos respiratorios, trastornos hepáticos y nos puede llevar hasta la muerte”.
-Lo que está probado y has investigado vos toda tu vida como veterinario es que se transmite a través de los perros.
-Se transmite a través del perro. El perro que comió un hígado, un pulmón con las vísceras que tenían el quiste… Le crece el gusanito en el intestino al perro, ese gusanito que la está pasando bárbara ahí adentro, porque tiene casa, comida, temperatura. Como tiene todo, pone huevos. Esos huevos van al medio ambiente y nosotros sin querer, nuestros hijos o nosotros, comemos caquita de perro con los huevos de ese parásito. Y ahí ese huevito entra en nuestro aparato digestivo, circula por nuestra sangre y se instala en el hígado, en el pulmón o en algún otro lugar. Y ahí provoca la enfermedad.
-¿Tiene cura la hidatidosis?
-No tiene cura definitiva en el humano, tiene alivio. La principal herramienta que tiene la medicina son los cirujanos, los tienen que abrir y sacar el quiste. De hace un tiempo para los quistes chiquitos que encontramos con la búsqueda de portadores asintomáticos, hay una pastillita también, una medicación farmacológica. Pero lo mejor es prevenir.
-¿Y cómo se puede prevenir?
-La tercera herramienta que te contaba es la que vinimos a colocar acá, la vacuna. Esta vacuna fue desarrollada acá en la Argentina junto con la Universidad de Melbourne, en Australia, y el Instituto de Investigación de Nueva Zelanda. Hace 12 años que en Argentina está disponible en forma comercial. Un laboratorio argentino (Tecnovax) tomó la posta, hizo un nuevo desarrollo, invirtió y tenemos la vacuna disponible. Pero en la Argentina la están usando muy poco.
-¿En el sur inclusive?
-En el sur inclusive, muy muy poco. La están usando un poquito más los chilenos, la está usando muchísimo China, donde se ponen 50 millones de dosis al año. Y nosotros, bueno… Acá el gobierno de Catamarca quiso en una región que tiene casos de hidatidosis, en plena puna, al control de faena, al antiparasitario, le sumaron la vacuna. Y eso es lo que vinimos a hacer.
-A ver si entendí todo mal… ¿Esta vacuna se aplica a los perros o a las ovejas y cabras?
-No, la vacuna se aplica a ovejas, cabras, llamas. Acá la colocamos a muchas cabras. Lo bueno para Catamarca es que con esta acción iniciaron la utilización de la vacuna como medida de control en el NOA. Es la primera vez que se coloca en esta región y podemos sumar los vecinos del NEA. Formosa, Chaco; o Santiago del Estero y Córdoba. Con lo cual es un hito.
-¿Entonces que hayas hecho 5.000 kilómetros no fue al pedo?
-No fue al pedo. Estoy feliz de que lo hayan decidido el gobierno de Catamarca, especialmente la Dirección de Ganadería, el Ministerio de Salud y la gente de Santa María. Lo que hay que entender es que a estos programas se los tiene que apropiar la localidad. Se debe reconocer que hay un problema. Pero no sirve si viene de afuera, el ministro, el gobernador, hacen una foto y se terminó. Acá se lo apropió la comunidad, están involucradas todas las instituciones y eso es realmente bueno.
-La pregunta del millón es, ¿es muy cara la vacuna? Hay desidia de los ganaderos? ¿Cuál es el problema? ¿Por qué no vacunamos todos? ¿No es obligatoria? ¿Debería serlo?
-No puede ser obligatoria porque no es una enfermedad contagiosa de animal a animal como la aftosa. Pero sí va contra la salud del productor y va contra la salud de los hijos y del nieto del productor. Entonces el productor hoy tiene estas tres herramientas fundamentales para en su lugar controlar la hidatidosis. Si el Estado después, como acá, viene y nos ayuda, mucho mejor. La vacuna sale 1.200 pesos la dosis para un chivo y sale 2.500 pesos la dosis para un ternero. Estamos hablando en un ternero de menos de un kilo de carne.
-Es menos que la vacuna antiaftosa, con lo cual debería ser casi una obligación moral de los productores empezar a hacerse cargo.
-Los productores se tienen que hacer cargo. Especialmente el productor grande que vive de su producción. Y con el pequeño productor de acá, que es productor de subsistencia, está bien que el Estado colabore, que le dé una mano. Pero si entre el Estado y los productores nos ponemos de acuerdo, vamos a poder controlar la hidatidosis. Hoy tenemos las herramientas. Hace 20 años no las teníamos. Hoy las tenemos todas disponibles.