Hoy la mayor parte de las terminales portuarias de la zona de influencia de Rosario están paralizadas por la medida de fuerza dispuesta por los gremios de recibidores de granos y aceiteros.
Pero en las terminales de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) localizadas en San Lorenzo y Timbúes los camiones con granos ingresan sin mayores dificultades. Lo mismo sucede en la terminal que la entidad cooperativa tiene en Quequén. La razón de tal hecho es muy sencilla: ACA ya acordó la paritaria salarial correspondiente al período 2020/21.
“Hicimos con ACA el mismo acuerdo que cerramos con Cadecra (por la Cámara de Empresas de Control de la República Argentina, que involucra a las firmas dedicadas a verificar embarques)”, indicó a Bichos de Campo Juan Carlos Peralta, prosecretario de Prensa de la Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (Urgara).
El acuerdo salarial comprende un ajuste retroactivo del 10% sobre los meses de julio, agosto y septiembre de 2020, de un 13% a partir de octubre y finalmente otro 13% por aplicar desde enero de 2021. La paritaria vence el 30 de junio del año que viene.
“El ajuste nominal es del 36%, pero con los montos no remunerativos se alcanza un 38%, con lo cual queda en evidencia que no hacemos pedidos desmesurados, tal como sostiene Ciara-CEC”, apuntó Peralta. La inflación oficial, según el último disponible, es del 37,2%.
El mismo acuerdo se firmó con la compañía Sitio 0 de Quequén, integrada por A&J Nari, Alea y Cía, E-Grain, Lartirigoyen y Cía, CHS de Argentina y Cofco, razón por la cual la misma también recibe camiones con granos sin inconvenientes.
El dirigente de Urgara explicó que la actual medida de fuerza, que se está llevado adelante junto la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (SOEA), se realiza luego de dos conciliaciones obligatorias y otras dos voluntarias en las cuales no fue posible llegar a un acuerdo.
En las últimas dos semanas se vienen registrando importantes dificultades logísticas ante los reiterados conflictos gremiales, lo que complica por demás la comercialización de la cosecha de trigo y cebada.