Si algo más le faltaba al mercado internacional de aceites vegetales para terminar de consolidar una fase súper alcista era un “empujón” más a las cotizaciones del petróleo crudo.
El conflicto ruso-ucraniano está catapultando los valores del petróleo y, como los aceites vegetales también se emplean como insumos para la elaboración de biocombustibles, los mismos suelen copiar los movimientos del commodity de origen fósil.
Ayer lunes el presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó un decreto que reconoce la soberanía de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk, que fue ratificado hoy martes por el Parlamento de Rusia. Adicionalmente el Consejo de la Federación (equivalente al Senado) de Rusia autorizó hoy el uso de las Fuerzas Armadas rusas en la región de Ucrania en disputa.
La Comisión Europea emitió hoy un comunicado oficial para rechazar la decisión de Rusia y apoyar a integridad territorial de Ucrania, además de anunciar que aplicará sanciones financieras y que invertirá “de manera masiva” en energías renovables para reducir la dependencia energética de Rusia (algo que, por cierto, no se logra de la noche a la mañana).
La cuestión es que Rusia es el segundo exportador mundial de petróleo –por detrás de Arabia Saudita–, lo que implica que cualquier disrupción de los flujos comerciales por parte de esa nación a raíz de cuestiones políticas tendrá un impacto muy alcista en el valor del hidrocarburo.
La crisis ruso-ucraniana llega en un momento en el cual buena parte de la cosecha sudamericana de soja se perdió por una sequía y la demanda internacional de aceites vegetales en general y de soja en particular está más que sostenida de la mano del uso creciente de biocombustibles.
En ese contexto, los valores de los futuros de aceite de soja en el mercado estadounidense CME Group subieron hoy de manera bestial para terminar generando, por “efecto arrastre”, subas considerables en los precios del poroto. El conflicto también contribuyó a sostener los precios del trigo.