Mientras que el descontento por el reciente incremento del impuesto al inmobiliario rural sigue multiplicándose entre los productores cordobeses -que vieron aumentar las alícuotas a abonar en promedio un 172%, lo que le valió el mote de “impuestazo”-, los pequeños y medianos agricultores de esa provincia, nucleados en Bases Federadas, se dispusieron a explicar con claridad las razones por las que sienten que se vuelve un tributo impagable, que los descapitaliza.
“Con precios tomados de informes de CAME, de remates feria de AFA, de cereales y de aquellos enviados por los productores entre febrero de 2024 y febrero de 2025 (algunos entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024), los aumentos por rubro dan en promedio un 36%. Eso muestra que estamos lejos del 172% de aumento del inmobiliario en la provincia”, dijo a Bichos de Campo Carlos Baravalle, vicepresidente de esa entidad.
Entre las producciones consideradas, el rubro frutihortícola fue el que más afectado se vio, con subas que apenas rondaron el 20% al 30% anual. En detalle, la acelga se actualizó en un 32%, la lechuga en un 21%, el tomate en un 20%, la papa en un 1.5% y la uva en un 0%. La zanahoria y la cebolla, en particular, registraron bajas por lo que quedaron con valor en rojo.
Quienes más actualizaron sus precios fueron los huevos y la leche, con un 87% y un 81% respectivamente, según estipularon desde la entidad. Por detrás quedaron el zapallito, con un 80%, la frutilla con 67%, las carnes con un 57%, los cereales con un 32% y el heno de alfalfa con un 25%.
“¿La hora del campo? Parece que ya pasó. Tal vez ahora comprendan lo que le pasa a los productores. Ni la inflación ni los altos costos se trasladan al precio que nos pagan puesto que el precio se da entre la oferta y la demanda”, sostuvo Baravalle.
Esta es la planilla de datos que elaboró esa agrupación:
Baravalle agregó: “Nosotros no recibimos subsidios y para continuar con el campo hay que hacer servicios a terceros, trabajar en lo del vecino, alquilar alguna parcela, hacer fletes, etc. Tal vez con ponerse en los zapatos de un pequeño productor alcance para que ajusten el inmobiliario. Claro que para eso es necesario que nos escuchen”.
Este último es uno de los principales reclamos de los productores, que realizaron distintos llamados a las autoridades pero que no recibieron respuesta. Incluso ayer, la Sociedad Rural de Río Cuarto invitó al gobernador Martín Llaryora y al ministro de Bioagroindustria, Sergio Busso, a una asamblea con productores, pero estos declinaron el convite.
En un breve comunicado publicado días atrás, Bases Federadas apuntó contra Llaryora: “Hace 20 días usted reclamaba al gobierno nacional la reducción de las retenciones, argumentado en la necesidad de apostar a un sistema productivo, que había que sacarle la pata de encima al campo. A la semana siguiente de lograr una rebaja insuficientes de las retenciones, usted dispone y ejecuta un aumento descomunal del impuesto inmobiliario para el 2025, que en muchos casos supera el 200%, mientras hay una inflación proyectada para este año del 23%”.
“El sector agropecuario, y más precisamente los pequeños y medianos productores, venimos atravesando un año muy difícil, sequía, aumento excesivo de los costos y servicios, bajos precios internacionales, importación de alimentos, eliminación de programas del INTA, sumado a una ausencia de la política nacional que contemple dicha situación y un fondo de emergencia totalmente desactualizado”, señalaron a continuación.
“Le solicitamos al Sr. Gobernador que revea el aumento desmesurado y le recordamos el pedido de audiencia del cual aún no obtuvimos respuesta”, concluyeron.