Tropical Forest Alliance (TFA), una asociación multilateral que impulsa la transición mundial hacia productos agrícolas libres de deforestación, enfatizó la importancia que la región del Gran Chaco Americano tiene de cara a los desafíos que enfrenta Argentina en materia de sostenibilidad económica y ambiental.
Este bioma, que se extiende por un área total de 108 millones de hectáreas entre Bolivia, Paraguay, Argentina y una pequeña porción de Brasil, posee un 63% de bosques nativos y se coloca como el segundo bosque más grande de América Latina, después del Amazonas.
En materia de producción, la región aporta el 33% del ganado vacuno que Argentina comercializa, y posee un potencial agrícola que aumenta año tras año, permitiendo abastecer a mercados como China y la Unión Europea, siendo este último un destino donde los estándares de sostenibilidad se han vuelto más rigurosos. Prueba de ello es la discutida normativa sobre productos libres de deforestación.
“Argentina se destaca por su potencial en el Gran Chaco. Este vasto ecosistema, de aproximadamente 1,14 millones de km², no solo es rico en diversidad cultural, sino que también alberga una notable variedad de flora y fauna, contando con más de 3.000 especies de plantas y casi 1.000 especies de animales”, afirmó Daniel Kazimierski, coordinador de TFA Argentina.
Por tal motivo, destacó tanto las herramientas como la plataforma de trazabilidad VISEC, para rastrear el flujo de la producción libre de deforestación para soja y carne; como las prácticas de manejo de ganadería integrada a bosques (MBGI).
“VISEC no solo protege el medio ambiente, sino que abre puertas a mercados premium que valoran la transparencia y la sostenibilidad”, señaló Kazimierski.
Respecto al MBGI, dijo: “Es un ejemplo de cómo podemos integrar las necesidades económicas y ambientales en beneficio de todos. Pero para que estas prácticas sean escalables, es esencial invertir en infraestructura, asistencia técnica y políticas públicas que apoyen a los pequeños productores”.
Frente a esto, desde TFA consideraron que Argentina puede incrementar y liderar la productividad agrícola de forma sostenible en la región, logrando además aprovechar las oportunidades que ofrecen los mercados globales.
“Parte de la solución involucra el fortalecimiento de la asistencia técnica y financiamiento. El productor, a veces por desconocimiento, por falta de recursos o necesidades primarias no cubiertas como la falta de infraestructura de caminos y desarrollo para la conexión con los puertos, retrasa la incorporación de ciertos conceptos que son hoy adoptados por compañías consolidadas con más recursos”, resaltó Kazimierski.
Y concluyó: “Este es un llamado a todos los actores: el futuro del Gran Chaco depende de nuestra capacidad para trabajar juntos hacia una visión compartida de sostenibilidad y prosperidad”.