Los productores Pablo y Cristian Orsolini tienen todo el campo bajo el agua: la lluvia no cesa en el sur del Chaco, donde han caído 1.200 milímetros desde comienzo del año.
Todo es agua, salvo unos pocos pastos verdes que asoman en la zona más alta del predio rural, que hasta ahora funcionaba como el patio de la casa. Hasta ahora, porque ese pedazo de suelo es el único refugio que les queda a los Orsolini para ubicar sus 300 vacas preñadas hasta que pase el temporal.
Esta mañana, mientras movían los animales hasta el patio de su casa ubicada en cercanías a la localidad de Villa Ángela, Bichos de Campo se comunicó con Cristian Orsolini, el hijo de Pablo (foto), histórico dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA). Vale la pena compartir su testimonio para tomar dimensión de esta tragedia tan cotidiana estos últimos meses en las provincias del norte:
Este domingo siguió lloviendo en Villa Ángela, donde en menos de cinco horas cayeron otros 230 milímetros. Pero además baja hacia allí el agua que viene del noroeste chaqueño. Con los canales de desagote obstruidos por la falta de mantenimiento es muy poco lo que queda por hacer, salvo apechugar. Cristian Orsolini, del Lote 10 de Villa Ángela, cuenta que para entrar al campo en camioneta tienen que adivinar dónde quedaba la traza.
Las fotos que nos manda son de este lunes, cuando Pablo y Cristian comenzaron a correr sus 300 vacas preñadas y unos 50 terneros de la cola de parición hacia el patio de la casa rural. Es su última opción antes de sacar los animales hacia otro campo. Mantienen la secreta esperanza que deje de llover y finalmente bajen las aguas.
“No tengo más lugar. El patio de la casa es lo único que queda alto”, explicó Orsolini.
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