El Senasa informó niveles de existencias en los feedlot muy altos para la época: casi 2 millones de animales siguen en proceso de engorde.
Esa tendencia se refleja también en los datos que comunicó la Cámara de Feedlot. La ocupación en las empresas adheridas a esa entidad es de 68,4%, casi el mismo nivel que a inicios del mes pasado.
Esto tiene su correlato en otro indicador, el de la reposición, que es de 1 a 1, es decir, por cada animal que sale para la faena entra otro.
Estamos en un momento del año de poca oferta de invernada, pero evidentemente el engorde a corral vuelve a ser la opción para los que compran ganado ya que al no haber pasto se recurre a esta herramienta productiva.
Quien vende hacienda para la faena no quiere quedar descalzado, compra ternero y si no tiene forraje en el campo lo manda a algún feedlot.
Los impacto de la seca de este año se reflejan en los índices de ocupación de los últimos cinco meses que fueron superiores a los de igual período del 2023 cuando la sequía se anticipó y por lo tanto el ingreso de hacienda se dio desde el inicio del año.
Este proceso impide el histórico vaciado de los corrales que se da entre la primavera y el verano, ese proceso aún no se evidencia.
El alto nivel de encierre da cuenta de que el mercado contará con ganado liviano para abastecer a la demanda interna por unos meses más lo que aleja la posibilidad de la suba esperada por algunos operadores hacia las fiestas.
Varios dijeron semanas atrás que en las fiestas y con el aguinaldo en el bolsillo podría caber una incremento del 20% en los precios, es lo deseado por muchos ganaderos también, pero con tanta hacienda en los corrales ahora y en el mercado luego esa posibilidad se diluye o quizás no sea de tal magnitud.
El otro efecto de esto es la caída en los precios de los terneros de invernada, el que vende ganado para la faena, dicen los feedloteros, están perdiendo 145.000 pesos tomando como referencia los valores de compra – venta actuales.
En ese contexto se reduce el poder de compra de hacienda que se va también afectada por la menor demanda de recriadores que no tienen pasto para el ganado y por eso los terneros perdieron 200 pesos por kilo vivo en las últimas dos semanas.