20,37 pesos por litro. Eso es lo que en promedio, pagaron en noviembre pasado las industrias lácteas a los productores de leche según el panel oficial SIGLEA. Significa casi 4% de aumento respecto de octubre y estas es una muy buena noticia porque desde hacía varios meses los precios al tambero estaban congelados en unos 19 pesos y pico. De todos modos, sigue siendo evidente el atraso, pues la variación interanual ha sido hasta aquí de 24%, la mitad que la inflación general, y en dólares oficiales estos 20,37 pesos equivalen a 0,255, con una caída del 7,3% en la comparación contra noviembre de 2019.
Un informe de CAPROLECOBA, la cámara de la cuenca oeste bonaerense, confirmó que en esa cuenca lechera, durante noviembre, se percibió un aumento en el precio de la leche de un 3.9% por litro.
Esta suba llega luego de meses de tener el precio planchado pero no hay que ilusionarse porque desde el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) afirman que se trata de algo estacional.
“La suba en precios que el productor está observando es por una cuestión estacional que empieza en octubre y sigue hasta abril. Habitualmente empieza un proceso de menor oferta y las industrias pujan más por la lecha, dándose estas subas. El próximo mes seguro esté entre un 4 y 5%”, explicó Jorge Giraudo, director ejecutivo de OCLA, a Bichos de Campo.
En este sentido, Caprolecoba sostuvo que la producción e industria lechera perdieron dinero de manera sostenida durante todo el año y en especial durante el segundo semestre. “Esta no es una situación sostenible y cambiarla se hace imprescindible en un país que necesita resolver su seguridad alimentaria, recuperar puestos de trabajo, y generar divisas”, indicaron.
Giraudo afirmó que esto “nada tiene que ver con que la industria esté vendiendo mejor” y que incluso se espera que para comienzos del 2021 haya menos leche en el mercado teniendo en cuenta la seca, los índices de temperatura y humedad y el aumento en los precios de la soja y maíz. “No tiene una explicación de mercado. Si mirás los números para la industria son rojos”.
¿Esto podría generar presión en la canasta familiar? Desde OCLA consideran que no ante el control exhaustivo de precios que se encuentra realizando la Secretaría de Comercio.
Giraudo alertó que el principal error del gobierno fue colocar precios máximos y cuidados a una cadena con oferta atomizada –porque el único insumo es la leche- pero con una enorme cartera de productos. Esto impide que el costo de los insumos, que se ajustan ante la inflación y el precio del dólar, no puedan ser trasladados a los precios.
“Tenés que ponerle precios máximos a una leche tetrabrik, a un queso blando y a un yogurt bebible de litro. El resto debería estar totalmente liberado. Es un error grave ponerle precios máximos a un producto al que el consumidor no accede. Estás subsidiando a la clase media y alta”, aseguró.