Entre el 15 de septiembre y el 30 de noviembre se desarrollará el Censo Nacional Agropecuario. El último fue en 2002 y en el medio hubo enorme scambios en la estructura de la producción agropecuaria argentina. Estos cambios deberían quedar reflejados en el relevamiento estadístico que encara ahora el INDEC. En el medo hubo la experiencia fallida del censo 2008 que impulsó el kirchnerismo en el medio del conflicto agropecuario, y que quedó en la nada.
El censo agropecuario es obligatorio, pero como en Argentina siempre hay “vivos”, los organizadores tomaron sus recaudos. El que lo complete se hará acreedor del certificado censal correspondiente, que será luego exigido para realizar operaciones bancarias. En cambio, el que no tenga ese certificado podría estar en problemas.
Al respecto, esto explicó el coordinador del Censo Agropecuario, Roberto Bisang: “El censo es obligatorio. Nuestra filosofía es: queremos convencer antes que obligar, pero es de respuesta obligatoria, hay un sistema de multas y de restricciones para actividades bancarias. Esto significa que preferimos que contesten, y de no hacerlo no tendrá el certificado censal y no podrán hacer normales movimientos bancarios”.
El economista aclaró que el censo “sólo releva valores físicos y no monetarios” por lo que esa información no será usada por otro organismo con fines fiscales. “Los datos son sólo para fines estrictamente estadísticos”, aclaró.
Bisang agregó que en los últimos años hubo cambios muy importantes en el sector agropecuario. Por caso desde el último censo en 2002 a esta parte pasó todo el auge y caída de los grandes pooles de siembre, sobre los que nunca hubo información oficial precisa. También creció una tendencia a producir en campos de terceros muy marcada.
Por eso, el INDEC busca tener más información sobre cómo están organizadas las empresas, ya que muchas tienen la producción agrícola en un lugar y otra actividad asociada en otro. Además se pretende saber cuál es la participación de los contratistas rurales y cuál es el nivel de industrialización tranqueras adentro.
El funcionario explicó que esperan reflejar la transformación que vive el agro. “En una punta vemos todo un reacomodamiento de los pequeños y medianos productores y en la otra empresas pujantes que industrializa incluso en el mundo de la energía y de los bioplásticos”, especuló. También se busca dar cuenta de las nuevas formas de organización entre los diferentes actores de la producción agropecuaria y qué tecnologías son las que están incorporando y desarrollando.
Los datos del censo estarán disponibles en el primer trimestre de 2019 y se busca relevar la información de 24 distritos, entre los que se encuentra la ciudad de Buenos Aires, ya que allí están radicadas muchas empresas del rubro.