A pocos días de que inicie la cosecha fina a nivel nacional, de seguro que en el quinto piso del Palacio de Hacienda algunos puños cerrados festejan las alentadoras estimaciones. Como se preveía días atrás, la expectativa es que, entre diciembre y marzo, sean estos cultivos los que nutran de divisas al Tesoro, ya que los cambios en el esquema de retenciones permitieron llegar con muy buenos números a octubre, pero liquidaron la mayor parte de los stocks.
En ese escenario, se destacan las buenas proyecciones para la cebada cervecera y forrajera, en donde se espera una producción de unas 5 millones de toneladas y una recuperación de los rindes que se contrajeron la anterior campaña. Aseguran que Argentina va camino a consolidarse cómodamente como el segundo exportador a nivel mundial.

En comparación con las últimas 5 campañas (4,8 toneladas en promedio), el volumen de producción esperado para este año es ligeramente superior. A pesar de que disminuyó la superficie sembrada en un 11,3% respecto al año anterior, ha habido una mejora considerable en los rindes, motorizados por un perfil climático mucho más favorable.
En ese contexto, desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destacaron que “para la campaña 2024/25 se estima un volumen de exportación de 3,4 Mt, lo que representa un incremento del 9,3% respecto al ciclo 2023/24”. Si se confirman esas proyecciones, Argentina compartiría podio con Rusia y se posicionaría sólo por debajo de Australia en el mercado global.
Parte de ello ya se vislumbra incluso antes de comenzada la cosecha pues, entre la exportación y la industria han comprado ya 1,67 millones de toneladas de cebada cervecera, lo que desde la entidad rosarina confirman que se trata de “un récord histórico de compras anticipadas para este grano”.
Cabe destacar que para ese complejo la exportación es un aspecto primordial, pues allí destina el 67% de su volumen anual. La demanda interna, que acapara una tercera parte de lo producido, tiene como puntas de lanza la producción de malta y de alimento animal.
De hecho, la retracción de esos dos sectores explicó la caída registrada en el consumo interno de ese cereal durante la anterior campaña y permitió que un mayor volumen pudiera destinarse a la exportación.
“Para la nueva campaña, que inicia formalmente en diciembre, las proyecciones sugieren un ligero aumento del consumo doméstico de 1,5 a 1,6 Mt gracias al mayor uso forrajero, en tanto se prevén exportaciones en línea con la campaña en curso de 3,4 Mt”, señalaron desde la Bolsa de Comercio.

Detrás del maíz y el trigo, la cebada ocupa el tercer puesto entre los complejos exportadores cerealeros y el décimo en el agregado nacional. Se estima que el 1,5% de las divisas que ingresan al país provienen de las ventas de ese cereal y sus principales subproductos.
Los aliados clave son Brasil y China, que juntos han absorbido el 70% de lo exportado las últimas campañas. Sin embargo, este año hubo también un nuevo impulso desde el este, gracias a la demanda de Arabia Saudita, que se consolidó como el principal destino en términos de volumen: allí se enviaron unas 987.000 toneladas, por encima de las 826.000 que absorbió Brasil y las casi 600.000 vendidas a China.

Afortunadamente, una parte considerable de lo exportado, mas no la mayoritaria, lo representa la malta, que se obtiene a partir de un proceso industrial breve al que se somete la cebada para ser utilizada en la industria cervecera. Eso explica por qué Brasil, donde la firma Quilmes tiene parte de sus plantas productivas, absorbe el 80% de la malta exportada.
Hasta el año pasado, el segundo destino de este subproducto fue Chile, con un promedio de compras por 27.500 toneladas por año. En 2025 Venezuela desplazó su lugar, constituyéndose como el segundo destino más exportado en términos de volumen.
Respecto a los precios, lo esperable, ratificaron desde la bolsa santafesina, es que se estabilicen, fruto de una mayor oferta global combinada con un leve descenso de las compras, “principalmente a causa de una reducción en la demanda industrial (cebada cervecera)”.
Es que no sólo Argentina arrojó una recuperación de rindes, sino que lo mismo se observó en las demás regiones productoras, incluyendo Canadá, Australia, la Unión Europea, Rusia y Ucrania. Se proyecta una producción mundial de 151,5 Mt, lo que representa un incremento del 5% respecto al ciclo anterior.




