Capítulo 1: La media res tenía fecha de ejecución. Luego de varias prórrogas, el gobierno había decidido que el próximo domingo 15 de enero fuera el último plazo para comenzar a implementar el troceo obligatorio de las mitades del bovino, de modo de comenzar a “modernizar” el comercio de la carne y de paso cumplir con las normas laborales que implican que los trabajadores no carguen al hombro piezas mayores a los 32 kilos. esta postura era apoyada por los frigoríficos exportadores y rechazada por casi todo el resto de la industria frigorífica.
Capítulo 2: Por la presión de los frigoríficos a los gobiernos provinciales, éstos consiguen que el secretario de Agricultura , Juan José Bahillo, arme una mesa técnica para negociar sobre el asunto. Se reúne el 5 de enero, a diez días de la ejecución, y luego se informa que -aunque el gobierno seguiría propiciando el cuarteo- la media res podría seguir circulando por el país, siempre y cuando se utilicen medios mecánicos (y lo las espaldas de los morochos) para llevarla hasta las carnicerías. Entonces festejaron los “consumeros”, pues la histórica media res había zafado de la horca.
Capítulo 3: Cinco días después comenzaron las dudas si efectivamente esto sería así, pues el gobierno todavía no derogó (como habría prometido Bahillo a las provincias) la Resolución Conjunta 4, emitida en abril de 2021 y firmada entonces por tres ministerios: el de Desarrollo Productivo, el de Agricultura y también el de Trabajo, parte interesada en este asunto. Comenzaron a circular mensajes entre matarifes y frigoríficos consumeros, hablando de una marcha atrás. Lo cierto es que Bichos de Campo pudo confirmar que no hay una decisión tomada dentro del Poder Ejecutivo y lo que parecía un indulto a la media res quedó en veremos.
¿Cómo se llama la película? Pongale como quiera: Gobierno descoordinado, o Gobierno de mierda, o Gobierno indeciso. Lo cierto es que la media res, allá en el calabozo, todavía no sabe si el próximo lunes, cuando vencen los plazos estipulados por esa resolución 4, no se cumplirá su sentencia de muerte.
¿Qué sucedió en estos cinco días? Algunas fuentes contaron que Bahillo -en la anterior reunión de la mesa técnica con las provincias- había anunciado lisa y llanamente la derogación del artículo de aquella Resolución Conjunta que imponía el troceo obligatorio de la media res, para que cada uno decidiera vender la carne a salida del frigorífico de la mejor manera, siempre que se respetara la normativa laboral del peso máximo que pueden cargar los trabajadores. En esto dicen todos estar de acuerdo. Incluso los matarifes diseñaron una carretilla carnicera, para llevar la media res hasta los chinos del conurbano sin tanto dolor de espalda.
Es evidente que algunos lobbys, frente a lo que parecía un indulto, se activaron en las últimas horas, porque la derogación no salió publicada en el Boletín Oficial y por lo tanto la sentencia de muerte sigue firme: el lunes no podrían circular medias reses por la Argentina. Fuentes de Agricultura señalaron que la cartera de Trabajo se negó a esa salida, y que quiere trabajar mejor en una salida consensuada, que le asegure el cumplimiento de la normativa de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo emitida en 2020, que está vigente pero en los hechos nadie cumple.
Otras versiones dicen que la salida que había propuesto Bahillo a esta pequeña crisis no convenció a todas las administraciones provinciales. La verdad, por ahora, no se conoce.
Lo cierto es que Agricultura decidió convocar para el lunes 16, con el troceo obligatorio ya en vigencia, a una nueva reunión técnica en horas de la tarde, con todos los actores del ámbito oficial (no los empresarios) para debatir nuevamente cómo se aseguran los derechos laborales de los trabajadores de la carne. ¿Habrá que sacrificar definitivamente a la media res? ¿Se permitirán medios mecánicos para su traslado, como la carretilla? ¿Quién controlará que efectivamente se cumplan?
Son todas preguntas que volvieron a abrirse y que no tendrán respuestas hasta el lunes próximo, cuando hayan cumplido los plazos para la horca. Por supuesto que las fuentes oficiales aclararon que, mientras esto esté en debate, nadie saldrá a controlar las calles ni a sancionar a quienes comercialicen la carne como hace 100 años, cargando las medias reses al hombro.
Mientras tanto, en su celda, la media res cuenta las horas que le quedan de vida, angustiada por lo que parece ser un rebrote del fuerte lobby de los frigoríficos exportadores, que son los que más machacan con este asunto, y que evidentemente todavía tienen alguna banca dentro del gobierno.
El domingo vence la fecha para ejecutar la sentencia, pero no aparece el verdugo. Los que quisieron hacer zafar a la media res un tiempo más parecen haber perdido la pulseada dentro del gobierno. Aunque parezca mentira, en menos de diez días la media res pasó por todos los estados posibles: estaba condenada, luego parecía que zafaba y ahora no se sabe. No puede más la pobre con su angustia.