La puesta en marcha del dólar soja, un tipo de cambio especial de 200 pesos para tentar a los productores de ese grano a desarmar sus silobolsas, levantó mucho revuelo, confusión y reclamos de sectores que se ven perjudicados por la medida. Entre ellos están también los productores de carne porcina.
Es que el aumento del valor de la tonelada de la oleaginosa, que pasó de un día al otro de unos 50 mil a 70 mil pesos, pega en los costos de los transformadores en carne, leche e incluso en las pequeñas y medianas empresas procesadoras del poroto.
Uno de los sectores que más alertó de este problema fue el de la producción porcina. Adolfo Franke, presidente de la Asociación de Productores de Porcinos (AAPP), que reúne también a firmas integradas con la industrialización de la carne, precisó que el precio de la soja a un tipo de cambio de 200 pesos les encareció el costo de producir carne de cerdo en 8/9%.
En cuanto se puso en marcha el dólar especial para las agroexportadoras de soja, lo que sucedió es que el precio saltó de 325 dólares por tonelada a más de 400 dólares en el caso de la harina de soja. Con ese salto del precio en dólares se empezó a facturar como si se utilizara el dólar oficial de 140 pesos, como pide la normativa, pero compensando con un incremento del precio en dólares. Finalmente es lo mismo: la soja y sus derivados subieron casi 40%.
Más allá del uso que le den, todas las empresas que utilizan soja deben comenzar a comprarla con un tipo de cambio de 200 pesos, con lo cual el precio se fue a alrededor de 70.000 pesos la tonelada. Por lo tanto no pueden vender la harina de soja, el insumo para los alimentos balanceados, a un precio más bajo de 50.000, como pretende el gobierno.
También se quejaron de esta situación desde la Cámara de Pequeños y Medianos Productores de Porcinos.
En un comunicado de prensa indicaron: “Nuestra actividad viene golpeada desde julio de 2020 y cuando en los últimos sesenta días se había recompuesto la ecuación económica, nos vemos nuevamente empujados a rentabilidades negativas por haber instrumentado un programa sin verificar con anterioridad los resultados perjudiciales que generaría”.
Mario Rasino, dirigente de esta cámara, explicó los perjuicios de la medida oficial en los productores de porcinos. “Le pedimos al secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, que nos reciba. Las fábricas de pellet no pueden comprar a 70.000 si luego tienen que vender a 50.000 y además esto genera otro tipo de problemas”.
“Además de criador de cerdos soy contador y tengo clientes que hacen expeller de soja y aceite y no puede pagar 70.000 mil pesos para vender a 50.000 el subproducto al que le agregaron valor, el productor de soja le va a vender la mercadería al exportador. Así se genera una competencia desleal y las fábricas chicas no pueden competir”, reclamó.
Rasino agregó que esto no sólo afecta al comercio de la oleaginosa y sus derivados sino también al del maíz, que es otro insumo esencial en la dieta de los cerdos.
“El aumento del costo por el nuevo dólar soja es de 9%. Pero como el agricultor mejora con esto sus ingresos, ahora va a vender menos maíz. Eso va a generar más competencia o menos demanda, y nos va a aumentar el precio del cereal. La suba de costos será mayor y la renta va a caer. Encima no se sabe cómo sigue esto después de fin de mes”, explicó el productor de cerdos.
Rasino explicó que necesitan tener la certeza de que esto no continuará luego de fin de mes.